Bomberos, soldados y policías se abrían paso este lunes entre los techos de decenas de casas arrasadas por la erupción del volcán de Fuego, que el domingo provocó devastación en la pequeña comunidad de San Miguel Los Lotes, en Escuintla, 35 kilómetros al sur de la capital de Guatemala.
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La villa y otras comunidades vecinas que estaban acostumbradas a la constante furia del coloso, y que también resultaron afectadas, cuentan hasta al momento más de 30 muertos, aunque la cifra podría aumentar ante los reportes de varias personas que dicen tener familiares desaparecidos.
Eufemia García, de 48 años, rompe en llanto al enumerar a una decena de miembros de su familia, entre ellos sus tres hijos, que quedaron atrapados al momento que el deslave tomó por sorpresa el caserío.
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“¡Yo quería regresar por ellos! ¡Yo quería regresar!”, repite la afligida mujer de 48 años frente a una ambulancia.
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A pesar de la insistencia de los socorristas por encontrar indicios de vida, los esfuerzos parecen en vano ante la magnitud del desastre.
#VolcándeFuego Socorristas se movilizan hacia la aldea El Rodeo para reanudar las labores de rescate. Vía: @AAlay_DP pic.twitter.com/Z39OE6wVO1
— Publinews Guatemala (@PublinewsGT) June 4, 2018
Panorama desolador
El panorama era desolador en toda el área. Ropa tendida cubierta de ceniza; comida aún en la mesa y aves de corral que deambulan, daban indicios de la tragedia que sufrieron los habitantes del caserío.
Un grupo de pobladores del lugar con pañuelos en los rostros se protegían del polvo e intentaban hallar a sus familiares y vecinos entre los escombros.
Más allá, en la carretera, cuatro vehículos semidestruidos atrapados entre la espesa ceniza evocaban la dimensión de la tragedia.
El alcalde de Escuintla, Abraham Rivera, dijo que durante la erupción del domingo el material piroclástico del coloso se desbordó de la ladera por la que descendía normalmente, lo que dio un estrecho margen para evacuar.
Más de un millar de moradores de Los Lotes y otras aldeas afectadas aguardaban en albergues sin saber si volverán a sus casas, tras el miedo que les dejó la explosión.
La potencia de la erupción ocasionó una lluvia de ceniza que se dispersó por varias ciudades, provocando el cierre del aeropuerto internacional de la capital y la suspensión de clases en los departamentos de Escuintla (sur), Chimaltenango y Sacatepéquez (oeste) que comparten la jurisdicción del volcán de Fuego, de 3 mil 763 metros de altura.
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