Convencido de que la financiación electoral ilícita es el “pecado original de la democracia” y la puerta de entrada “al círculo vicioso de la corrupción”, el jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), Iván Velásquez, exhortó a estos financieros opacos a pedir perdón.
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Sería deseable y altamente positivo para el país que (…) en un acto público de contrición, antes de que se empiecen a divulgar los resultados de las investigaciones, todos estos financistas anónimos reconocieran sus acciones erradas y pidieran perdón por haber contribuido a distorsionar y afectar la democracia”, aseveró.
El abogado colombiano, que participó en un foro con estudiantes de la Universidad Rafael Landívar en su sede de Antigua Guatemala, insistió, como había hecho en reiteras ocasiones en los últimos años, que la financiación electoral ilícita contribuye a la perpetuación de la “clase política corrupta en el ejercicio del poder”.
Es por ello, que cree que una investigación “amplia, profunda y generalizada” sobre este ilícito en la campaña electoral de 2015 contribuirá al proceso de “reconstrucción de la democracia”, dando luz al pasado y desalentando a la población a continuar con este tipo de prácticas.
Confiamos en que estas revelaciones (…) desalienten este tipo de financiación y permitan la realización de una próxima campaña más equitativa”, proclamó, aunque insistió en que no se trata de “judicializar la política ni de criminalizar el financiamiento electoral ilícito”, sino de investigar los delitos.
En julio de 2015, dos meses antes de las elecciones generales en las que resultó electo Jimmy Morales, la CICIG presentó un informe en el que aseguraba que la financiación de los partidos políticos está marcada por la corrupción y el crimen organizado.
Esta práctica “sistemática y recurrente” de financiación irregular provoca un aumento del empobrecimiento de la población y una unificación de la corrupción a través de una amalgama de intereses compartidos, por lo que se convirtió en una prioridad de la CICIG, junto con los excesivos gastos de campaña.
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En su opinión, estos gastos “excesivos y desproporcionados” y la forma en la que se recaudan, abren la puerta a la financiación electoral ilícita, un mecanismo que ha moldeado el sistema de partidos y que ha “incentivado la corrupción y socavado la democracia”.
Yo también estoy seguro que otra Guatemala es posible”, afirmó.