Opinión

Un TSE fortalecido es clave para la democracia

"El escenario político para este proceso electoral plantea una elección novedosa que pintará una contienda diferente. Una campaña en donde los candidatos tendrán acceso igualitario a los medios de comunicación para difundir sus mensajes y propuestas".

La triste y lamentable situación por la que está pasando Honduras debe ser motivo de preocupación, denuncia, alerta y condena. No podemos dejar que en nuestras narices, y de manera descarada, la democracia en la región se desgrane a pedazos y nosotros nos quedemos de brazos cruzados. La indiferencia y el silencio no es la vía.

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Honduras deja una lección muy importante sobre el papel que tienen los órganos electorales para asegurar un proceso electoral con certeza, transparencia y credibilidad. Es clave para la democracia tener un ente electoral con capacidad para enfrentar todas las situaciones adversas y dificultades que eventualmente se pueden dar en las elecciones: Resultados cerrados, problemas con la fiscalización de los recursos de las campañas de los partidos, u otras situaciones.

Es altísimo el costo político y social que tiene para la democracia que el órgano electoral sea cuestionado y se ponga en duda su imparcialidad, credibilidad y legitimidad.  Es incalculable; un retroceso para los procesos de consolidación de nuestras jóvenes democracias.  Vea usted lo que está pasando en nuestro país hermano. Triste y lamentable que el fantasma del fraude que la región había dejado olvidado en el pasado regrese campante a la escena política. ¡Inconcebible! 

Por ello, es importante que de cara al proceso electoral 2019, que parece muy lejano pero que está a la vuelta de la esquina, nos dediquemos a fortalecer las capacidades del Tribunal Supremo Electoral –TSE–. El país necesita un órgano electoral que pueda enfrentar los retos que traerá esa elección.

De entrada, el escenario político para ese proceso electoral plantea una elección novedosa que pintará una contienda diferente. Una campaña en donde los candidatos tendrán acceso igualitario a los medios de comunicación para difundir sus mensajes y propuestas. Antes, los partidos grandes con más recursos saturaban los espacios mediáticos con campañas agresivas, en contraposición a las campañas modestas de los partidos pequeños que no tenían suficientes recursos para comprar espacios en los medios. Imagine usted que se cuestione al TSE porque favoreció a algún candidato o partido con más espacio en televisión o en otro medio de comunicación.

Por otro lado, el TSE implementará una nueva normativa para controlar y fiscalizar los recursos de las campañas de los partidos políticos. Conocemos que el pecado original de la corrupción es un sistema de financiamiento partidario opaco y poco transparente que abre las puertas a la corrupción. Ahí la importancia de tener un TSE con garras y dientes para combatir el financiamiento electoral ilícito y hacer que los partidos cumplan con lo estipulado en la ley. Por supuesto, tendrá que tratar a todos los partidos por igual para evitar señalamientos.

De igual manera, el TSE tendrá que evaluar si en esa elección votarán las personas que residen en el extranjero. Desde luego, hacer que la votación sea transparente y confiable. Es decir, deberá cuidar todos los detalles, hasta el más insignificante, que conlleva el voto en el extranjero, así como otros desafíos que se enfrentarán en la inscripción de los candidatos, la verificación de las asambleas partidarias de organización y postulación, entre otras actividades “ordinarias” que se realizan en los procesos electorales.

No podemos darnos el “lujo” de tener una elección en donde el órgano electoral sea cuestionado por lo que sea, algo grande o pequeño, no importa, ya que la certeza, credibilidad, transparencia y certeza de los resultados electorales descansan en lo que haga o deje de hacer el TSE. Hay que ponerle coco. No lo dejemos a última hora. Hay tiempo para fortalecer al órgano electoral. ¿Qué opina usted?

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