Un azadón, una cama de cemento, una cancha de tierra y un purificador de agua, Dani Alves tuvo un emotivo encuentro con su pasado y se ganó el aplauso de sus seguidores en Instagram, por no avergonzarse de sus raíces.
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En sus vacaciones el brasileño, que recientemente terminó su relación con la Juventus de Italia, visitó Juazeiro en Bahía, pueblo donde nació y creció, y volvió a la cancha en la que jugó por primera vez, entre plantaciones de caña en las que trabajó su familia.
Alves publicó en su cuenta de Instagram una serie de emotivos videos, en los que demuestra la humildad en la que creció y en la que inició su sueño como futbolista.
“En el estadio de Juventus, Camp Nou, Bernabéu, es fácil dar un ‘un-dos’, quiero verlos dar ‘un-dos’. Quiero verlos tocar aquí a Messi, Neymar, quiero verlos dominar sobre las piedras. Aquí es donde nací”, cuenta orgulloso Dani Alves, mientras recorre una cancha de tierra.
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Dani Alves también se grabó bebiendo agua de un purificador, muy utilizado en su pueblo para subsistir, además visitó su antigua casa donde se fotografió sentado en una cama que da la impresión es de cemento.
“La vida es dura para quien es débil en mi pueblo. Volver aquí para purificar mi felicidad… no necesito de dinero ni de aplausos, apenas de salud, una cama buena, un colchón digno y muchas ganas”, relata el jugador, que ha recibido miles de me gusta por no avergonzarse de sus raíces.
