Miles de personas se manifestaron una vez más en numerosas ciudades de Estados Unidos contra el racismo y la violencia policial, en otra jornada marcada por los disturbios.
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La rabia desatada en el país, tras la muerte de George Floyd, un ciudadano afroamericano de 46 años, a manos de la policía en Minneapolis se extendió rápidamente a todo el país.
Los disturbios alcanzaron este domingo los alrededores de la Casa Blanca, en Washington, donde la policía tuvo que lanzar gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes que habían desafiado el toque de queda impuesto en la capital.
Una multitud de manifestantes se había congregado ante la residencia del presidente Donald Trump, quien según medios internacionales se encuentra protegido en un búnker subterráneo.
Despliegan a la Guardia Nacional
Para evitar nuevos disturbios, miles de soldados de la Guardia Nacional fueron desplegados en 15 estados y en Washington, y se dispuso el toque de queda en varias ciudades además de la capital, entre ellas Houston y Los Ángeles.
En Saint Paul, ciudad contigua a Minneapolis, epicentro del movimiento, miles de personas se manifestaron en la tarde del domingo contra el racismo y en reclamo de que todos los policías implicados en la muerte de Floyd rindan cuentas ante la justicia.
Por el momento, solo uno de ellos, Derek Chauvin, fue detenido e inculpado de homicidio involuntario. Él es el agente que aparece en el video del arresto de Floyd, que se viralizó en las redes sociales.
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Chauvin comparecerá el lunes por primera vez ante un tribunal por este caso.
"Extremistas radicales"
El presidente Trump, que afronta los desórdenes civiles más importantes de su mandato mientras el país se ve duramente afectado por la pandemia de COVID-19, prometió "frenar la violencia colectiva" y denunció a los "extremistas de izquierda radicales".
La alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, comparó en numerosas oportunidades la actual situación con los enfrentamientos de Charlottesville, donde choques entre supremacistas blancos y antifascistas causaron un muerto y decenas de heridos en agosto de 2017.
Trump comentó entonces que había "gente muy buena" de ambos lados.
"El presidente agrava las cosas", dijo la alcaldesa a CBS.
Trump "debe unir a nuestro país (…), no atizar el fuego", dijo por su parte Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, a la cadena ABC.
*Con información de AFP