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China teme nueva oleada de coronavirus y confina a 600 mil personas en Jia

El departamento de Jia, situado a unos 800 kilómetros de Pekín, anunció que sus habitantes ya no pueden salir de sus hogares sin autorización.

Alrededor de 600 mil habitantes del departamento de Jia, en el centro de China, fueron confinados tras el descubrimiento de un nuevo caso de coronavirus (COVID-19), en momentos en que el país teme una nueva ola de contagios.

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China, país en el que surgió la pandemia, parece haber frenado en gran medida la propagación del virus. Sin embargo, a las autoridades les preocupa que la enfermedad vuelva a su suelo, especialmente desde el extranjero.

Jia, situado a unos 800 kilómetros de Pekín, en la provincia de Henan, anunció el miércoles que sus habitantes ya no podían salir de sus hogares sin autorización.

Según una directiva publicada en línea, solo las personas con un permiso especial pueden seguir yendo al trabajo y los vehículos solo pueden circular día por medio, en función de su matrícula.

Caso positivo

Una mujer, quien recientemente había visitado el departamento, dio positivo al nuevo coronavirus tras tener contacto con otro caso positivo, aunque asintomático, según indicaron autoridades provinciales.

El jueves, China informó de 55 nuevos casos de personas contagiadas de COVID-19 pero que eran asintomáticos.

Según el balance oficial, el nuevo coronavirus ha infectado a más de 81 mil 500 personas en China, de las cuales más de 3 mil 300 han fallecido.

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Medio planeta confinado

El coronavirus ya obliga a confinarse a la mitad de la humanidad, pese a lo cual avanza a pasos agigantados y está a punto de superar las barreras simbólicas del millón de infectados y 50 mil muertos.

Las restricciones, imprescindibles para salvar vidas, amenazan sin embargo con una parálisis económica y hasta la falta de alimentos por la disrupción de la cadena productiva y el temor al control de las exportaciones.

En medio de la zozobra, los científicos buscan a marchas forzadas paliativos a la pandemia, o la manera de hacer tests de control fiables y rápidos, un arma clave para luchar contra el enemigo invisible.

En el mundo crece la esperanza, y también la polémica, sobre el uso de medicamentos contra la malaria, a falta de vacuna.

*Con información de AFP

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