El expresidente Alberto Fujimori, cuyo indulto fue anulado el miércoles por la justicia de su país, suplicó este jueves a las autoridades peruanas, entre ellas al presidente Martín Vizcarra, que no lo envíen de regreso a prisión, pues eso significará una “condena a muerte” para él.
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Mientras se reaviva la lucha política entre Keiko y Kenji Fujimori, hijos del exmandatario, la Corte Suprema anuló su perdón humanitario y ordenó que fuera arrestado luego de 10 meses en libertad.
Tras conocer el fallo del Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema, a cargo del juez Hugo Muñoz, Fujimori fue ingresado a una clínica de Lima, donde este jueves quedó bajo custodia policial.
“Ya está en condición de detenido”, dijo el ministro del Interior, Mauro Medina, sobre la situación legal del expresidente.
“Solo se espera su alta de la clínica para ser conducido al establecimiento que disponga el Instituto Nacional Penitenciario”.
Desde la clínica, Fujimori grabó un video en el que hizo un desesperado llamado a las autoridades para que “no lo maten”.
“Quiero decirle hoy a las autoridades y a los políticos: por favor, no me usen como arma política porque ya no tengo fuerzas para resistirlo. Quiero pedirle al presidente de la República y a los miembros del Poder Judicial una sola cosa: por favor, no me maten”.
“Si regreso a prisión, mi corazón no lo va a soportar. está demasiado débil para volver a pasar por lo mismo. No me condenen a muerte; ya no doy más”, agregó el exmandatario.
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A pesar de haber sido condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad y corrupción, Fujimori siguió gozando de gran popularidad en Perú por haber acabado con el terrorismo del grupo Sendero Luminoso y la hiperinflación. Ese legado se disputan sus hijos, pues ambos quieren ser presidentes de Perú en el futuro.
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