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Visita de Pence a Guatemala es una “presión diplomática de muy alto nivel”, aseguran expertos

Temas como migración, narcotráfico y desarrollo económico podrían ser abordados durante la estadía del vicepresidente estadounidense en el país, consideraron los entrevistados en el programa A Primera Hora.

Para finales de junio está previsto que el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, visite Guatemala. Hasta el momento solamente se conoce que sostendrá una reunión con el presidente Jimmy Morales, y que podría reunirse con sobrevivientes de la tragedia del volcán de Fuego, pero no se han dado más detalles de su agenda.

Acerca de la visita del funcionario se conversó este viernes en el programa A Primera Hora, de Emisoras Unidas. Como invitados en cabina participaron Claudia Villagrán, analista política y catedrática universitaria; y Manuel Villacorta, doctor en sociología y columnista de prensa.

Los entrevistados coincidieron en que la presencia de Pence estaría relacionada con darle seguimiento a temas que preocupan a la nación norteamericana, incluyendo el de migración, que recientemente ha generado múltiples reacciones por la difícil situación que se vive en la frontera sur de EE. UU., por la separación de cientos de familias.

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¿Qué significa la visita?

A criterio de Villagrán, aunque se anunció la visita en el marco de la tragedia del volcán, hay una agenda que viene desde meses atrás respecto a esta “alianza” entre los Gobiernos de ambos países, que incluye el tema de migración.

“Guatemala ha sido uno de los países que más retraso ha mostrado respecto al cumplimiento del Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo del Norte”, y la llegada del vicemandatario podría ser para abordar ello, opinó.

En tanto, Villacorta indicó que la visita del vicepresidente de EE. UU. debe verse “como una presión diplomática de muy alto nivel”, pues según él, cuando un funcionario de ese rango visita un país, y en particular Guatemala, no es precisamente una visita protocolaria o de facto, sino una presión de alto nivel que incluso podría perfilarse como un ultimátum.

Hay retrocesos en temas álgidos que le interesan a la región, por ejemplo el de la migración indocumentada, que continúa dándose, y eso preocupa mucho a Estados Unidos, explicó el doctor.

Según él, otros de los temas que podrían abordarse en la visita son el narcotráfico, “porque ha habido muy bajo decomiso de droga”; la expansión del crimen organizado, e incluso el riesgo de que participen en la política con financiamiento ilícito, la corrupción y la ausencia de desarrollo económico, pues los indicadores sociales “indican un retroceso gravísimo y esto genera migración”.

“No es una visita rutinaria, es tipo ultimátum, en la que viene a exigirle al gobierno muchísimas más acciones, con mayor celeridad, para que no se termine de afectar el Plan Prosperidad”, dijo el columnista.

Mientras que la analista política consideró que siempre que altos representantes de alto nivel de EE. UU. llegan a Guatemala es por una de estas intenciones: manifestar su preocupación o fijar agenda. En este momento se juntan estas dos intenciones, consideró.

Hay preocupación alrededor de los temas que son relevantes para Estados Unidos, que son de gobernabilidad. Guatemala está desde meses atrás en una crisis política compleja que no logra resolver, hay problemas de seguridad en las fronteras por el tema de la migración y la economía en Guatemala muestra una desaceleración importante, expuso la experta.

Por lo cual consideró que “hay tres temas de la agenda fundamental de EE. UU. que en este momento serán motivo de preocupación y de un abordaje serio de parte de la nación norteamericana. Y de parte de Guatemala seguramente tendrán que salir algunas posiciones de cómo se hará para avanzar en la agenda”.

Política “tolerancia cero”

Los entrevistados también se refirieron a la política migratoria aplicada por EE. UU. y que hasta ahora ha dejado a cientos de familias separadas.

De acuerdo con Villagrán, a través de su política de separación de niños, Estados Unidos intentó intentó presionar para la aprobación de una ley de Migración, con la que ha estado batallando desde que tomó posesión Trump, pero que hasta ahora no ha tomado suficiente fuerza para que los Demócratas logren consensuarla.

El gobernante “utilizó a los niños como un arma de presión, pero se le revirtió y tuvo que dar marcha atrás ante la presión y los quiebres dentro del mismo partido Republicano”, añadió.

Aunque tuvo que replantear la política, esto no necesariamente resuelve el problema, pues aún hay unos 2 mil niños separados de sus padres, resaltó la entrevistada.

Mientras que el doctor en sociología calificó a Trump como “un hombre de choque”, cuyo planteamiento de “tolerancia cero”, no es más que trasladar un delito civil hacia un delito de tipo penal.

“Antes si ingresabas de forma irregular eras remitido con un juez de Migración, pero ahora se les lleva a los indocumentados con jueces federales y se incurre en la prisión. Los padres son criminalizados bajo temas penales y no pueden ir los niños no pueden ir a prisión con ellos, por lo que son separados. Esa separación familiar es condenable, dramática, inaceptable e inhumana, que no debe estarse dando”, señaló.

De igual forma, mencionaron que la postura que tomó Guatemala ante esta situación no fue la adecuada inicialmente, pues prácticamente estaba respaldando esas acciones inhumanas.

El pasado lunes, el entonces portavoz presidencial Heinz Hiemann, al ser consultado sobre las acciones tomadas por la nación norteamericana, dijo: “Ellos tienen su política exterior en temas migratorios. Somos respetuosos de la política exterior”. Un día después, el Gobierno anunció la cancelación del contrato de Hiemann.

También ese martes, el Ejecutivo emitió un comunicado en el que manifestó que lamenta, condena y rechaza la política migratoria impulsada por el gobierno de Estados Unidos, por considerar que viola los derechos humanos y destruye la unidad familiar”.

Tanto Villagrán como Villacorta consideraron que lo expresado por Hiemann no fue un resbalón, sino que en realidad fue la primera reacción del Gobierno que, posteriormente y tras las críticas, la cambió.

“Yo creo que el Gobierno llegó a un punto en donde ya no tenia la capacidad de enfrentar una molestia social tan abierta como (la generada ante) las absurdas declaraciones del exvocero, donde prácticamente salió justificando la política de Trump”, dijo el columnista.

“Esto es producto de que Guatemala carece totalmente de política exterior y esto se ha visto en la desatención total hacia los migrantes. Si se conociera el problema del tema migratorio, específicamente en temas legales, el gobierno hubiese sido más cuidadoso de no dar las declaraciones irresponsables que dio el exvocero”, agregó.

Y Villagrán vio como un error grave, políticamente hablando, del Ejecutivo al lanzar una primera declaración, que según ella, no pareció un error del portavoz, ya que quienes ejercen las vocerías no dicen cosas que no hayan consultado al menos cinco minutos antes con sus jefes. “Fue una posición inicial del Gobierno a la cual tuvo que echar marcha atrás. No veo que haya sido un resbalón (de Hiemann)”, resaltó.

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