Gobierno se retracta sobre la política migratoria de EE.UU.

En menos de 24 horas, el gobierno de Guatemala cambió su postura sobre la política migratoria de Estados Unidos para evitar que los niños y los adolescentes sean separados de sus padres al llegar a la frontera con México.

El gobierno lamenta, condena y rechaza la política migratoria impulsada por el gobierno de Estados Unidos, por considerar que viola los derechos humanos y destruye la unidad familiar, se informó en un comunicado de prensa.

Desde el gobierno se le pide a la administración del presidente Donald Trump reconsiderar sus políticas migratorias y buscar acciones que garanticen sus objetivos sin atropellar los derechos de los migrantes ni la unidad familiar.

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Nota de la Cancillería

La canciller Sandra Jovel informó que ayer envío una carta al Departamento de Estado de EE.UU. en la cual se externa la preocupación del Estado por la práctica de separar a las familias.

Jovel aseguró que la Cancillería ha trabajado desde el día que comenzó la crisis migratoria, 8 de mayo, pero que los esfuerzos no se han dado a conocer a la prensa porque “no tiene que poner su agenda en la mesa todos los días”.

La funcionaria informó que 465 niños y adolescentes guatemaltecos fueron separados de sus familias cuando pretendían llegar al país norteamericano. De estos, 265 están refugiados en Tucson, 110 en McAllen y 90 en Del Río.

Antes del pronunciamiento del gobierno, el vicepresidente, Jafeth Cabrera, había lamentado la situación por la que atraviesan los menores de edad y recordó que la migración es parte del proceso humano que ha ocurrido desde hace siglos.

Lamentamos la situación y esperamos que en algún momento las autoridades norteamericanas entiendan que no es de esta manera que se solucionan los problemas y que (los inmigrantes) son gente que han contribuido en el desarrollo de ese país”.

El gobierno del presidente Donald Trump desde el 8 de mayo ha aplicado la política de “tolerancia cero” en la frontera y contra la inmigración la cual ha separado a dos mil 300 niños y adolescentes de sus familiares en la frontera con México.