Karla Saraí Cruz pasará los próximo ocho años en una prisión para mujeres. Fue declarada responsable del delito de extorsión.
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El Tribunal Sexto de Sentencia Penal determinó que Cruz era integrante de una estructura dedicada a exigir dinero a comerciantes, a cambio de no atentar contra de ellos.
Para el Tribunal quedó probada la relación entre la ahora sentenciada y la estructura por la declaración de cuatro investigadores policiales, la víctima y otras evidencias que presentó el Ministerio Público (MP) en el juicio.
El caso fue conocido por el juez Rubén Joachín, quien este 12 de junio determinó que se comprobó la culpa de la acusada.
Así ocurrió la extorsión
El caso que documentó el MP y que logró demostrar ante la justicia se originó en septiembre de 2017.
De acuerdo con el expediente, la víctima era dueña de una panadería. El acoso comenzó con la entrega de un teléfono móvil.
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El 6 de septiembre del referido año una empleada del comerciante recibió un celular. Varias llamadas se hicieron al aparato, pero ninguna fue contestada.
Seis días después el agraviado recibió otro teléfono y de inmediato se le contactó. La persona que comenzó la comunicación le indicó que permanecía en el Preventivo para Hombres de la zona 18, que sabían quién era él y que tenían vigilada a su familia.
Le pidieron Q5 mil para dejarlo que continuara con su negocio y posteriormente debía entregar Q300. En dos comunicaciones posteriores ese mismo día, se le redujo el monto en Q2 mil y finalmente en Q1 mil 500, con cantidades de Q200 semanales
Por 24 horas el comerciante definió lo que debía hacer y optó por denunciar a la Policía Nacional Civil (PNC).
Simularon entrega de dinero
Uno de los investigadores de la PNC tomó el lugar de la víctima y negoció la entrega del dinero.
Se le indicó que el monto debía darlo el 17 de septiembre, a las 14:30 horas en un lugar de la zona 21.
La víctima dio dos billetes de Q5 a los policías y estos colocaron uno arriba y otro abajo varios pedazos de papel periódico que simulaban el tamaño de más billetes.
Cruz en compañía de una adolescente llegó a recoger el dinero. Dijo: "venimos por lo de Kevin", y al recibir el paquete de supuestos billetes dio la vuelta y se retiró. Caminó por lo menos 10 pasos y entregó a la menor lo que les habían dado.
En su teléfono celular, el cual le fue decomisado, se localizaron llamadas realizadas al número que le dieron a la víctima y al aparato que desde la prisión coordinó la extorsión.
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