En el marco de una reunión con los gobernadores de los 50 estados federales en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump volvió a tocar el tema del tiroteo perpetrado el 14 de febrero en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, de Florida, que cobró la vida de 17 personas.
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Durante su alocución, el mandatario arremetió contra la inacción de un agente de seguridad armado que el día de la matanza se apostó en la parte externa de la escuela y evitó ingresar.
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"Pienso que yo habría corrido y entrado (a la secundaria) aun sin tener un arma, y creo que la mayoría de ustedes habría hecho lo mismo", dijo Trump el lunes. "El desempeño ha sido francamente una vergüenza", añadió, reiterando, su convicción de que las escuelas, al ser "áreas libres de armas", son "imanes" para personas que desean desatar un tiroteo.
En general, dijo Trump, los agentes que podían haber tratado de detener el ataque "no son exactamente personas a ser condecoradas con la medalla de honra. Ha sido una algo asqueroso".
En el debate que se siguió con los gobernadores, el responsable por el estado de Washington, Jay Inslee, sugirió al presidente que podría ser beneficioso "un poco menos de Twitter y escuchar más", para cualquier discusión sobre seguridad.
Inslee apuntó que sería conveniente escuchar las crecientes objeciones a la propuesta (hecha por el propio Trump) de entrenar a los maestros para que lleven consigo armas de forma encubierta, como método disuasivo para evitar ataques en las escuelas.
Tras la matanza de Florida, tanto en una parte como en otra del escenario político estadounidense, así como en la sociedad civil, se han alzado voces que piden una reglamentación más estricta de las ventas de armas.
En este contexto, una gran manifestación ha sido convocada para el próximo 24 de marzo, en Washington, con el objetivo de pedir un control más estricto y meter presión a los responsables políticos estadounidenses.
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*Con información de AFP