Un centro comercial de Shanghái ha encontrado la solución para salvar la armonía del matrimonio al momento de hacer las compras: una cabina para que, el que no está comprando, pueda dormir una siesta mientras espera.
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En una China presa de la fiebre del consumo, el centro comercial Global Harbor, que cuenta con numerosas tiendas de lujo, acaba de instalar cuatro "cabinas de descanso para los maridos".
Estos cubículos transparentes están equipados con un sillón de masaje y una pantalla en la que el usuario puede ver su programa favorito o jugar a un videojuego.
Foto: AFP
Cada cabina ha costado 40 mil yuanes (5 mil 150 euros), pero su uso es totalmente gratuito. Eso sí, siempre y cuando se haga la reservación correspondiente a través del celular.
"A algunos maridos no les gusta ir de compras. Prefieren jugar videojuegos o mirar la televisión", dice Owen Wei, un responsable de la compañía Ingrem, encargada de instalar estas cabinas.
"Le dije a mi esposa: ve a comprar, nos vemos allí (en la cabina)", cuenta Liu Tianguo, un usuario de este revolucionario invento chino. "Es cómodo y me relajo mientras ella se gasta mi dinero. Ella está de acuerdo, siempre y cuando no pase demasiado tiempo aquí", agregó.
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