Noticias

MP acepta sentencia condenatoria impuesta a Jaime Aparicio

El Ministerio Público (MP) determinó no impugnar la sentencia condenatoria que se impuso al empresario Jaime Aparicio, quien fue declarado como responsable de entregar sobornos a funcionarios de gobierno.

De acuerdo con el análisis que efectuó la Unidad de Impugnaciones del órgano encargado de la persecución penal:

  • Se estudió el veredicto que emitió el Tribunal de Mayor Riesgo D con relación al caso que se siguió en contra del empresario dedicado a la construcción.
  • Se estableció que “la pena impuesta fue una mayor a la establecida para ese tipo de delitos”.
Publicidad

Aparicio fue sentenciado el pasado 7 de mayo. Después del juicio correspondiente, el Tribunal estableció que el señalado:

  • Incurrió en acciones delictivas correspondientes al delito de cohecho activo.
  • En su calidad de empresario y contratista del Estado, ofreció sobornos a funcionarios y empleados públicos.
  • Pretendía que el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) cancelara la deuda de arrastre que se tenía con sus empresas.
  • El soborno consistió en comisiones ilegales para los funcionarios, entre estos el exministro Alejandro Sinibaldi.

También puedes leer: Luna Villacorta: “El TSE sigue callado; ya tocamos fondo”

Argumento del MP

De esa cuenta, la judicatura impuso una pena de:

  • 5 años conmuntables a razón de Q100 diarios.
  • Una multa de Q500 mil.

Según el estudio de la Unidad de Impugnaciones, la pena que fue impuesta es mayor a la que se contempla en las leyes.

En el Código Penal se establece que el responsable de cohecho activo tendrá una sanción similar a la estipulada contra quienes cometen cohecho pasivo, figura en el artículo 442.

Publicidad

De acuerdo con el artículo 439, comete el delito de cohecho pasivo el funcionario o empleado público que recibe regalos a cambio de no efectuar su trabajo y:

También puedes leer: Giammattei rechaza reformas a Ley de Contrataciones y pide que cambios se centren en comunas

Lo Último