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Caso de María Isabel Veliz Franco se desvió por intimidaciones, estigma y contaminación de evidencia

La justicia condenó a 30 años de prisión a Gustavo Adolfo Bolaños Acevedo por el asesinato de la menor de 15 años María Isabel Veliz Franco, cometido hace casi 20 años.

Estigma, malas prácticas e influencias dificultaron y retardaron casi veinte años para hacer justicia por el asesinato de María Isabel Veliz Franco, explicó Jorge García, de la agencia fiscal especial del caso, en entrevista durante el programa A Primera Hora, de Emisoras Unidas.

El fiscal explicó que en el año 2001 cuando ocurrió el asesinato de María Isabel todavía existían esos estigmas “culpar a la mujer y que le pasaban esas cosas por su descuido”, cuando entonces las autoridades de esa época restaron importancia y estigmatizaron a María Isabel.

“Pensaron que ella era culpable de su muerte” a lo que llevó a que María Rosa Franco Sandoval, madre de la menor, comenzara prácticamente en solitario la lucha para buscar justicia.

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Sentencia al Estado por la muerte de María Isabel

García recordó que en este caso la Policía Nacional Civil desvió la investigación hacia sujetos que no eran los involucrados e incluso señalaron a los amigos de María Isabel, restando esfuerzos para ubicar al verdadero responsable.

Organizaciones como el Grupo Guatemalteco de Mujeres apoyaron a Rosa Franco para elevar el caso hasta llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que en 2014 condenó al Estado guatemalteco como responsable de las violaciones de los derechos de la joven.

La CIDH emitió la sentencia por la “falta de respuesta eficaz” por su homicidio y las “posteriores falencias en la investigación de los hechos”.

“Lamentablemente creo que Guatemala tiene el primer lugar de estas condenatorias. (…) De hecho, hasta el día de hoy el estado de Guatemala no le ha pedido perdón a Rosa Franco”, afirmó García.

 

Evidencia fue contaminada

El proceso de investigación fue complejo, explicó el fiscal, debido a que la evidencia material fue contaminada “sea contaminada por ignorancia o mala fe”, por lo que el caso fue reconstruido a partir de la reconstrucción de hechos y testigos.

Gustavo Adolfo Bolaños Acevedo tenía vínculos con el crimen organizado e influyó en agentes e investigadores para que el caso no llegará a tocarlo.

El propio sistema y argucias llevaron al atraso de la justicia del caso, según García. “La aberración del sistema que aún seguimos con discriminación y estigmatización a la mujer, las malas prácticas en las investigaciones y falta de capacitación en los investigadores”, detalló además.

Uno de factores que lo demuestran es que los encargados de la investigación de casos de mujeres están a cargo de un hombre, con lo que se puede “principiar a ver la aberración del asunto”, indicó.

Las investigadores nos indicaron que los mismos jefes las boicoteaban para poder realizar las investigaciones y trataban de alejarlas de las investigaciones. En el caso de Veliz, las investigadores se transportaban en camioneta.

El acusado indicó, manejaba cierto poder e influencia para infundir miedo para que no avanzaran las investigaciones.

Rosa Franco, madre de María Isabel fue valiente

A decir del fiscal fue importante la lucha de Rosa Alvira Franco, madre de María Isabel, porque tuvo el valor de enfrentarse al sistema que no le dio una respuesta inmediata.

 

“Tuvo que ir de oficina en oficina tratando de obtener justicia para su hija. Sufrió maltratos de empleados, traslado del expediente y ese desgaste. Hay que resaltara su valor y valentía a pesar de lo que se sabía alrededor del victimario de su hija”.

El caso de María Isabel Franco y el de Claudina Velásquez Paiz, una joven de 19 años asesinada en 2005, llevaron a la creación de la alerta Isabel-Claudina, un mecanismo de búsqueda inmediata de mujeres desaparecidas en Guatemala.

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