Entidades a cargo de la atención a temas de niñez y organizaciones de derechos humanos suscribieron un convenio con un hotel para resguardar a menores retornados de Estados Unidos y México que son puestos en cuarentena por la pandemia del Covid-19.
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Este tiene como objetivo que los menores permanezcan en confinamiento hasta que pueda constatarse que no tienen coronavirus y se pueda extender el certificado correspondiente que lo respalde.
Actualmente son 12 niños, niñas y adolescentes los que se encuentran en las instalaciones del hotel.
La iniciativa surgió tomando en cuenta que en varios casos los menores que son devueltos al país por haber viajado de forma irregular hacia otros territorios, están siendo rechazados en sus lugares de origen.
Los pobladores se oponen a que sean reintegrados en sus hogares, por temor a que puedan estar contagiados del Covid-19.
Leonel Dubón, del Refugio de la Niñez, explicó que uno de estos casos a los que le dan seguimiento es el de un adolescente originario de San Miguel Chicaj, Baja Verapaz.
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No solo es la comunidad la que se opone a que regrese a su vivienda, sino también su propia familia. Esto pese a que ya se le practicaron las pruebas correspondientes y estas salieron negativas.
“Duele porque es un chico con discapacidad cognitiva, que desafortunadamente viajó a Tapachula, México. Ya le han hecho pruebas y no tiene el virus, pero continúa el rechazo”, dijo.
Entidades involucradas
El convenio que permitirá que los menores retornados puedan cumplir cuarentena en condiciones adecuadas fue suscrito por las siguientes entidades:
- Refugio de la Niñez.
- Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
- Procuraduría General de la Nación.
- Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia
- El protocolo para atender a los niños y adolescentes incluye que desde antes de salir de los países que los devolverán se les practica una prueba del Covid-19.
Asimismo, al llegar a Guatemala se observa si hay síntomas y se hace una segunda prueba para confirmar que no estén enfermos.
Posteriormente se coordina el traslado hacia sus lugares de origen, en donde son entregados a sus familiares y líderes comunitarios. Además, son puestos a disposición del centro de salud local.
“Con eso creemos se está cerrando el círculo de protección que tratamos de garantizar”, dijo Dubón.
A su criterio, aunque es difícil para los jóvenes pasar por este procedimiento tan exigente, esta es una forma de poder garantizar a las comunidades que las personas que se están integrando no están contagiadas.