Venecia se prepara este viernes a vivir de nuevo una jornada dramática tras una ola de mal tiempo en toda la región y la crecida de mareas que obligó a las autoridades a cerrar la plaza de San Marcos devastada por la excepcional inundación de hace tres días.
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"Me veo forzado a cerrar la plaza de San Marco para proteger a los ciudadanos de riesgos sanitarios… Un desastre", anunció el alcalde Luigi Brugnaro.
Se prevé que la marea alta alcance el nivel peligroso de 160 centímetros, tres días después de las inundaciones que provocaron graves daños materiales a la ciudad y que obligaron al gobierno a declarar el estado de emergencia.
Según el centro de monitoreo de las mareas, hacia las 11H20 local (10H20 GMT) se registró un pico de 154 centímetros, más alto del calculado, pero más bajo de los 160 centímetros temidos en la mañana y que activaron las sirenas de alarma en la ciudad.
Las sirenas comenzaron a sonar hacia las 6H50 y el cielo resulta plomizo y sopla un fuerte viento con llovizna intermitente.
La marea está creciendo rápidamente, según informaron las unidades de control en mar abierto y el servicio de transporte público, los famosos vaporetti, ha sido suspendido.
Museos y escuelas cerrados
Por cuarto día consecutivo las escuelas y universidades han sido cerradas así como importantes museos e instituciones culturales, entre ellos el Guggenheim y el Teatro La Fenice.
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La noche del martes, la ciudad, joya de la arquitectura bizantina, registró su peor marea alta en 53 años.
El agua inundó iglesias, tiendas, museos y hoteles causando inestimables daños al patrimonio artístico e inmobiliario.
Los 50 mil habitantes del casco histórico se enfrentan de nuevo al fenómeno del "acqua alta" o marea alta, que ha aumentado en los últimos años debido al cambio climático y el calentamiento del mar Adrático, según los expertos.
Hace tres días llegó al nivel de 187 centímetros, el segundo récord histórico detrás del registrado el 4 de noviembre de 1966 (194 centímetros), dejando el 80% de la ciudad cubierto por las aguas.
Los daños ascienden a "cientos de millones de euros" y el gobierno autorizó el uso de un fondo inmediato de 20 millones de euros para reactivar los servicios esenciales e indemnizar a la población.
Una ola de solidaridad se ha desatado en toda la península italiana con donaciones y contribuciones para ayudar a los residentes y propietarios de actividades comerciales a recuperar buena parte de sus bienes perdidos.
La alcaldía abrió una cuenta corriente para todos aquellos que quieran contribuir a la recuperación de una de las ciudades más bellas del viejo continente, declarada patrimonio de la humanidad.
Pérdidas en el sector turismo
Falta pan en los restaurantes entre Rialto y San Marco, la panadería de Emilio Colussi "fundada en 1840" quedó sumergida bajo el agua.
Siete de cada diez tiendas están cerradas. Entre ellas el célebre Caffè Florian, en plena plaza San Marcos y el American Bar a pocos pasos.
Se pierden cerca de 3 millones de euros al día, según el diario La Stampa.
Para Claudio Scarpa, director de la asociación de hoteles de Venecia, la situación es preocupante.
"Hemos registrado el 40% de cancelaciones para la próxima semana", lamentó.
Un comité especial sobre Venecia se reunirá el 26 de noviembre para discutir sobre la gestión general de sus problemas, incluido un plan para evitar el paso de cruceros por los canales del centro histórico, lo que ha debilitado su fondo marino.
Indignación por el Mose
Mientras tanto crece la indignación de los venecianos por el megaproyecto Mose que debía salvar de las mareas altas a la ciudad de Marco Polo.
El complejo y costoso sistema de compuertas cuya construcción se inició en el exterior de la laguna en 2003, debería estar terminado en 2016, pero no estará listo antes de 2021.
El sistema, que tenía que haber costado 3.400 millones de euros ya lleva invertidos unos 5.500 y es probable que llegue a costar de 6.000 a 7.000. Además estuvo parado por un millonario escándalo de corrupción y sobornos.
Especiales transmitidos por la televisión, expertos, ingenieros y simples ciudadanos consultados manifiestan la rabia por lo que consideran un ejemplo de "ineficiencia".
Mientras tanto políticos han visitado la ciudad, entre ellos el ex primer ministro y magnate Silvio Berlusconi y el líder de la ultraderecha Liga, Matteo Salvini.
Todos recorrieron los monumentos y callejuelas más afectadas con botas de plástico, entre ellos la cripta de la basílica de San Marcos, cuyos sarcófagos, mármoles y mosaicos estuvieron por horas cubiertos por las aguas.
* Con información de la agencia de noticias AFP.