Con temas como el comercio mundial, el cambio climático, los impuestos a las empresas de tecnología y los incendios en la Amazonía, este lunes concluyó la cumbre del G7.
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"He visto las Cumbres del G7, G8 y G20 durante mucho tiempo, y he asistido a una serie de ellas. Por lo general, se puede seleccionar un tema y decir que hay una particularidad que caracteriza el resultado de una reunión. Esta vez eso no es así", explica Richard Murphy, profesor de Práctica en Economía Política Internacional y director de Tax Research UK.
"Viendo un poco más profundo, podemos ver que esta cumbre se caracterizó por las diferencias, ya sea entre el Reino Unido y la UE y los principales países europeos, o entre los Estados Unidos y China sobre el comercio, y los Estados Unidos y Francia sobre los impuestos e Irán", añade Murphy.
"Lo que ha caracterizado esta cumbre es el hecho de que las principales naciones del mundo están muy alejadas entre sí, y que las diferencias parecen estar aumentando".
En este sentido, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha negado las versiones de que los líderes del G7 lo recibieron de forma tensa en la cumbre de Francia.
"Los líderes se llevan muy bien", escribió el presidente en un tuit publicado el domingo.
Luego, cuando se reunió con el primer ministro británico, Boris Johnson, se le preguntó a Trump si lamentaba algo de las relaciones con China.
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"Lamento muchas cosas", respondió el presidente, antes de insistir en que Estados Unidos se lleva "muy bien con China en este momento".
Visita a Irán, la sorpresa del G7
Uno de los momentos que marcaron la cumbre de Biarritz fue la visita al país del negociador iraní, Mohamed Yavad Zarif, en un hito que cobra mayor importancia para el marco y la forma en que se desarrolló.
"Esta fue una gran sorpresa que creo que pocos esperaban", dice el profesor Murphy.
"Espero que Estados Unidos lo supiera de antemano. No está claro. Lo que es evidente es que la visita puso de manifiesto lo mucho que Europa quiere mantener el acuerdo nuclear con Irán y lo indiferentes que es Estados Unidos al respecto. Francia intentó hacer un truco para ayudar a conseguir el objetivo de Europa".
"No estoy seguro de que haya funcionado. En ese caso, esto podría haber empeorado las cosas, no mejorado", añadió.
Finalmente, esta cumbre mostró que las relaciones entre las principales potencias se han degradado, considera Murphy.
"El G7 en 2018 no fue fácil. Recuerden que Trump se fue temprano y no hubo un comunicado final como resultado. Esta vez el comunicado fue abandonado para tratar de mantener las cosas por buen camino, pero es una señal segura de cómo se han deteriorado las relaciones entre Estados Unidos y sus socios, y también entre el Reino Unido y la UE, donde las tensiones se han disimulado muy poco".
"La Cumbre de 2018 fue una conmoción porque era evidente que el mundo se encontraba en una crisis diplomática que se ponía de manifiesto con tensiones muy reales. Esta Cumbre confirma que las cosas todavía están muy mal, y que están empeorando", añadió.