Con todas las piezas se creará una reproducción financiada por el gobierno suizo del ábside que adornaba una iglesia del siglo VI en el norte de la isla.
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Los mosaicos fueron robados por el comerciante turco Aydin Dikman de la iglesia de la Virgen de Kanakaria hace unos 40 años y vendidos en el extranjero.
El director del Museo Bizantino, Ioannis Eliades, dijo que el ábside será exhibido en el museo hasta que pueda regresar a la iglesia de Kanakaria.
“Este es un proyecto importante que habíamos previsto durante muchos años para restaurar estas piezas y ahora tenemos la última pieza”, comentó Eliades.
“Un mosaico que data del mismo periodo que los mosaicos de Rávena es de particular importancia, de gran valor arquitectónico y también tiene mucho valor religioso”, explicó.
Los mosaicos de Kanakaria son de los pocos trabajos cristianos que sobrevivieron el periodo iconoclasta de los siglos VIII y XIX cuando gran parte de las obras fueron destruidas.
El mosaico de San Marcos regresó a Chipre luego de que el investigador holandés Arthur Brand lo rastreó hasta Mónaco y lo entregó a las autoridades en la embajada de Chipe en Holanda la semana pasada.
El Departamento de Antigüedades de Chipre dijo que los datos iniciales sobre el paradero del mosaico fueron proporcionados a las autoridades del país hace dos años por la organización griego-estadounidense AHEPA.
La dependencia agregó que las piezas de los mosaicos, incluidos los de los santos Lucas, Bartolomé, Mateo, Jaime, Tadeo, Tomás y Andrés, así como la parte superior de la Virgen María y de Cristo fueron repatriados de forma gradual desde 1983, pero que todavía se desconoce el paradero de muchas piezas.