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Más de 3 mil 500 menores han sido deportados en los primeros ocho meses del año

Según un informe, los niños y adolescentes del Triángulo Norte de Centroamérica migran de sus países por la violencia de pandillas y crimen organizado.

La Asociación Pop No’j y Cristosal Guatemala presentaron el informe “Niñez sin tregua, desplazamiento forzado en el norte de Centroamérica”, en donde se muestra la preocupación por el incremento del desplazamiento forzado de niños, niñas y adolescentes de Guatemala, El Salvador y Honduras.

En el informe se resaltó el hecho que cada vez más menores de edad repatriados son originarios de departamentos cuya población en su mayoría es indígena y presentan altos grados de violencia. Esto último se acredita como el principal motivo de la migración irregular, principalmente hacia los Estados Unidos de América, así como el crecimiento de solicitudes de refugio en México.

“Entre las deportaciones de niños, niñas y adolescentes se contabilizan en el año 2017 un total de 4 mil 328, mientras que en los primeros ocho meses del presente año la cifra ha alcanzado 3 mil 534”, comentó Ely María Zea, coordinadora nacional de Cristosal.

Por su parte Ixkik Zapil, coordinadora nacional de monitoreo de Cristosal, explicó que de enero a julio del presente año la Policía Nacional Civil reporta 1 mil 812 denuncias de hechos de violencia contra la niñez y adolescencia, dividido en 783 hombres y 1 mil 029 mujeres.

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“El incremento de la cifra para las mujeres se debe a que se reportaron 692 desaparecidas y 140 violaciones”, resaltó Zapil.

Solicitan medidas

Las organizaciones ponentes solicitaron a la Corte Internacional de Derechos Humanos (CIDH) que actúe frente a los Estados del Triángulo Norte de Centroamérica, haciendo énfasis en Guatemala.

Sus peticiones van enfocadas en que los países asuman su responsabilidad en la atención, protección y reparación de derechos de niñas, niños y adolescentes obligados a desplazarse por la violencia generalizada. Lo que incluye la búsqueda de soluciones duraderas al desplazamiento forzado interno.

En este contexto, Juan José Hurtado, director ejecutivo de la Asociación Pop No’j, explicó que la migración interna es silenciosa y no se cuentan con verdaderas cifras.

“Esto es una antesala de la migración extranjera y los Estados no hacen nada para brindar mejoras en estos departamentos de donde ellos huyen por la violencia”, manifestó.

Según el informe, la niñez y adolescencia migra de sus países por la violencia, específicamente de pandillas, pero en el caso de Guatemala y Honduras a esto se le suma el crimen organizado.

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