Decenas de agentes, equipados para la disolución de motines, arribaron el miércoles a Tapachula, al sur de México, para reforzar la seguridad ante la inminente llegada de la caravana de migrantes hondureños.
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El contingente será desplegado en el puente internacional Suchiate II, en el municipio del mismo nombre, mientras que otro grupo se apostará en el puente internacional Talismán, en el municipio de Tuxtla Chico, informaron autoridades locales.
El martes, el jefe de la Policía Federal, Manelich Castilla, explicó que la medida tiene por objetivo colaborar con el Instituto Nacional de Migración (INM), ante la eventual saturación de solicitudes de ingreso a México.
También señaló que la instrucción del ministro de Gobernación, Alfonso Navarrete, es garantizar el orden y el respeto a los derechos humanos de los extranjeros.
Castilla aseguró, además, que el propósito no es frenar el avance de la denominada “Caminata Migrante”, que partió el pasado sábado de San Pedro Sula, Honduras, sino garantizar el orden.
México ya había advertido esta semana que podría frenar el ingreso al país de aquellos migrantes hondureños que no cumplieran con las leyes migratorias.
“El personal de migración deberá revisar el cumplimiento de los requisitos que marca la ley, y a quienes no los cumplan , no se les permitirá el ingreso”, dijeron las autoridades mexicanas en un comunicado.
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Los miles de migrantes hondureños que integran la caravana huyen de la pobreza y la violencia que aqueja a su país. Su cruzada tiene como destino final Estados Unidos, pese a que el gobierno norteamericano de Donald Trump ya ha dicho que si el grupo no detiene su marcha, podría cortar de inmediato la ayuda económica a Honduras.
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