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Nicaragua: Estudiantes resistieron balas durante 18 horas

“¡Sí se puede!”, gritaban los jóvenes desde los tres buses en que fueron trasladados a la Catedral Metropolitana. Muchos lloraban, ondeaban banderas de Nicaragua y celebraban haber salido vivos de un ataque brutal por parte de fuerzas parapoliciales.

Lo único que pensaba es que nos íbamos a morir. Imaginé que iba a morir en una iglesia”, dice Valeska Sandoval, una universitaria de 20 años que se encontraba el viernes por la noche dentro de la iglesia Jesús de la Divina Misericordia tras ser desalojada a balazos de la barricada norte Arlen Siu, desde la que resguardaba el recinto Rubén Darío de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).

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Sandoval, conocida como “Comandante Molotov”, estaba dentro de la iglesia con un grupo de al menos 200 estudiantes, sacerdotes y periodistas, rodeados por parapoliciales afines al Gobierno que disparaban ráfagas interminables. El ataque habría empezado a las 12 del mediodía del viernes y cesado a eso de las 6 de la mañana del sábado.

 

Había euforia, miedo y un poco de esperanza”, relata después de haber salido de la iglesia junto con todos sus compañeros, agregando que no se arrepiente porque su lucha “es justa y es de corazón”.

La Comandante Molotov se había atrincherado en la UNAN-Managua desde el 7 de mayo, día en que un grupo de estudiantes tomó el recinto exigiendo la reestructuración de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), una dirigencia estudiantil acusada de ser el brazo político del partido gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), a su vez involucrado en la represión desatada contra manifestantes antigubernamentales desde el mes de abril.

Durante 68 días los estudiantes tuvieron tomado el recinto, hasta que el viernes al mediodía fueron atacados por grupos encapuchados y armados.

El inicio

Según la versión de varios jóvenes, los ataques iniciaron en el sector de la Rotonda Universitaria donde hubo varios heridos de bala. Después de haber retrocedido hasta la barricada Arlen Siu, tras cuatro horas de resistir con morteros y bombas molotov, se replegaron hacia el punto de evacuación: la DM (la iglesia Jesús de la Divina Misericordia).

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No logramos sacar nada de comida que teníamos de reserva, ropa, nada. Todos salimos corriendo, con balas detrás”, dice Ulises Lago, de 21 años.

Alrededor de las cinco de la tarde, cuando la mayoría de estudiantes se había resguardado en la parroquia, los ataques se concentraron en ese punto. Allí también había barricadas. Patrullas de la Policía Nacional bloqueaban el paso a organismos de derechos humanos y sacerdotes que intentaban detener la violencia.

A las 10 de la noche, la Comisión de Verificación y Seguridad (CVS) del Diálogo Nacional logró que ambulancias entraran a la iglesia y sacaran a varios heridos y a un periodista estadounidense. Tras retirarse la CVS, los ataques se reanudaron.

Mientras la mayoría de jóvenes se resguardaba en la iglesia, otro grupo salió a defender las barricadas. “Si ellos se nos metían, nos mataban”, dice un joven de 17 años que prefiere el anonimato.

 

Para la Comandante Molotov, los ataques durante la madrugada fueron los más asfixiantes emocionalmente: La oscuridad y la incapacidad de reaccionar contra el armamento pesado con el que eran atacados los hizo vulnerables.

Llegada de los obispos

Finalmente a las 6 de la mañana los ataques cesaron y una hora después el cardenal Leopoldo José Brenes y el nuncio apostólico, Stanislaw Waldemar Sommertag, se trasladaron a la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia para mediar la liberación.

A las 10 de la mañana la caravana de estudiantes, liderada por los vehículos de las autoridades eclesiásticas, arribó a la Catedral Metropolitana, donde los esperaban sus familiares, periodistas y defensores de derechos humanos.

El nuncio apostólico en Nicaragua calificó ayer de “lamentable” la situación.

Denisse Cook, coordinadora del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aseguró que las autoridades gubernamentales están haciendo “un uso desproporcionado de la fuerza”.

La encargada de la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, María Luisa Bascur, añadió que hay preocupación porque pueden haber represalias.

Muchos de los liberados ayer expresaron su preocupación existiendo antecedentes de detenciones ilegales y persecución a manifestantes.

Hay al menos 10 fallecidos

Una ofensiva de fuerzas del gobierno en poblados del sur de Nicaragua dejó ayer al menos 10 muertos y 20 heridos, en un recrudecimiento de la violencia que deja unas 280 víctimas fatales en tres meses, según un organismo de derechos humanos. Seis de los muertos son civiles, entre ellos dos menores de edad, y cuatro policías antimotines, según un informe preliminar de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).

 

Este es un informe preliminar, aún esta en proceso de investigación de los nombres y edades de los fallecidos”, dijo a periodistas el presidente de la ANPDH, Álvaro Leiva. En tanto, el obispo de Estelí, Abelardo Mata, uno de los cinco jerarcas católicos que median en el diálogo entre el gobierno y la oposición, “fue interceptado por paramilitares que rafaguearon su carro, le quebraron los vidrios y quisieron quemarlo”, indicó su asistente, Roberto Petray.

 

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