"Será un hecho histórico. Se consumará la victoria de todo un pueblo frente a la inmoralidad y la decadencia de los últimos tiempos", dijo con un aire triunfalista Andrés Manuel López Obrador, conocido como "AMLO", en su último acto de campaña previo a las elecciones en México 2018.
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En el que representa su tercer intento consecutivo de alcanzar la presidencia, López Obrador se presenta como el candidato anti-sistema, y es el favorito en las encuestas con más de 20 puntos por delante de sus contrincantes de los partidos tradicionales: Ricardo Anaya, impulsado por una coalición de derecha e izquierda (formada por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano) y José Antonio Meade, del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien aparece tercero.
"Ya tuvimos al PRI y al PAN y fue un desastre, ahora es el momento del cambio, es el momento de Morena", la coalición que encabeza "AMLO", asegura Carlos Miguel Salinas, instructor de educación física de 26 años.
¿La hora de la izquierda?
López Obrador, de 64 años, ha sabido capitalizar ese hartazgo en la segunda economía latinoamericana, tras un sexenio de gobierno de Enrique Peña Nieto, marcado por la corrupción y denuncias de violaciones a derechos humanos.
Si se cumplen los pronósticos, estas elecciones marcan un giro en el mapa político mexicano.
"Algunos comparan a este giro con un temblor, otros lo consideran un giro estructural en la política mexicana. Lo cierto es que el sistema de partidos establecido se ha visto sacudido por el avance de Morena", opinó Duncan Wood, director del Instituto México, en el Centro Woodrow Wilson.
El combate a la violencia y la corrupción, a la que relaciona con "la mafia del poder", es justamente la prioridad dentro del tsunami de reformas que planea "AMLO" dentro de un "cambio radical".
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En su proyecto de nación 2018-2024, también pretende un rescate del campo, revisar millonarios contratos derivados de la reforma energética, un gobierno "austero, sin lujos ni privilegios" y reducir sueldos de altos funcionarios públicos hasta en un 50 %. Todo para incrementar programas sociales y reducir la pobreza.
El problema es que muchos mexicanos y analistas le critican una falta de propuestas concretas, bajo una retórica "populista" que podría conducir al país por la misma senda económica que Venezuela.
Una de las mayores interrogantes es su relación con el presidente Donald Trump y, sobre todo, cómo dos modelos tan antagónicos funcionarán a ambos lados del Río Bravo, en temas tan vitales como migración y negociaciones hacia un Tratado de Libre Comercio (TLC).
"Ha centrado cualquier solución en torno a su figura y a su capacidad personal para resolver asuntos. Es una incógnita qué va a pasar", advirtió Fernando Dworak, analista político.
Pero para otros, sin embargo, no hay nada que temer.
"Hay quien maneja la hipótesis de que los mercados financieros pueden reaccionar mal. Esto es absurdo, es campaña política para generar cierto miedo", matizó Roy Campos, dueño de la encuestadora Mitofskyk.
"Nosotros creemos que pese a los titulares alarmantes, la economía mexicana tendrá un desempeño bastante bueno en el primer año de la presidencia de 'AMLO'", destacó un informe de Capital Economics.
Además de presidente, los mexicanos están convocados para votar gobernadores, alcaldes, senadores y diputados locales y federales entre los más de 18 mil puestos en disputa.
*Con información de AFP