La situación actual del país, marcada por una serie de manifestaciones de parte de diversos grupos y por diferentes temáticas, así como por un plantón de maestros en la plaza de la Constitución, que ya cumple más de 48 horas continuas, para exigir la homologación de un pacto colectivo, fue analizada hoy en el programa A Primera Hora, de Emisoras Unidas.
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Como invitados participaron Carlos Luna Villacorta, exmagistrado de la Corte de Constitucionalidad y exdecano de la Universidad Rafael Landívar; y Karin Slowing Umaña, doctora e investigadora social, especialista en salud pública y exsecretaria de Planificación y Programación de la Presidencia.
Los expertos coincidieron en que el país necesita un diálogo “urgente”. Slowing detalló que este tiene que ser incluyente y para resolver las diversas problemáticas que afectan a la población y resaltó que no debe ser algo aplicado como sustituto de que impere la justicia.
Por su parte, Luna aseguró que debe ser un proceso corto, rápido y que incluya tres o cuatro problemas más inminentes que el país tenga en este momento.
“Hay que hacer un diálogo ya, pero con resultados. Debe ser convocado por gente con honorabilidad. Debe ser este año porque en 2019 comenzará la campaña política y eso problematiza más la situación”, indicó.
El exmagistrado resaltó que la polarización, que a su criterio impera en el ámbito nacional, influye en que no se pueda avanzar en un proceso de diálogo.
Por aparte, Slowing opinó que “ya estamos agotados de diálogos de élites”, por lo cual si se va a impulsar un proceso de este tipo hay que apostarle a la inclusión de ciudadanos diversos y que los diálogos se expandan en todos los territorios del país.
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“Tiene que dejar de ser diálogo de élites y ser uno de ciudadanos en todo el país. Que convoquen a la agente en su localidad e ir construyendo alrededor de eso un sentido de ciudadanía mayor y más profundo”, indicó.
Luna manifestó que esa opción puede ser positiva, pero llevaría mucho tiempo y podríamos llegar a 2022 con unas 5 mil opiniones distintas difíciles de consensuar.
Asimismo, la investigadora identificó las dos corrientes que considera existen actualmente en el país, una encabezada por el Ministerio Público y la otra por “las fuerzas” que descalifican ese esfuerzo de combatir la impunidad y la corrupción, bajo argumentos de preservar la soberanía y la situación como está, y con señalamientos de injerencia extranjera.
“Esa contienda es muy fuerte y un diálogo en este marco en este momento no lo veo tan posible. Eso es lo que impide romper esta tensión de empate de fuerzas que están contendiendo, sea por transformar o por mantener el estado de las cosas”, indicó.
¿Quiénes deberían convocar?
“En Guatemala urge entender que aunque pensemos diferente podemos convivir. No recuerdo que el país haya estado tan convulsionado en el sentido de diferencia de opiniones, es algo catastrófico”, resaltó Luna.
En ese sentido, manifestó que urge una solución y mencionó que correspondería a personas íntegras liderar esa convocatoria a dialogar e incluir en este proceso propuestas reales y que se cumplan en corto tiempo.
Mientras tanto, Slowing optó por dejar a un lado la propuesta para el diálogo ciudadano, tomando en cuenta la difícil coyuntura, y enfocarse entonces en que este sea eminentemente político, en el cual las fuerzas de la sociedad busquen una forma para llegar a acuerdos entre sí y armar frentes o plataformas que articulen una agenda mínima de temas.
“El Grupo Garante o ciertas figuras podrían promover un diálogo netamente político”, dijo.
Entre los aspectos a abordar en esos encuentros, sea quien sea que los convoque y no importante el método a utilizar, los invitados coincidieron en que debe incluirse las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
