Desde su detención el 7 de abril de 2017, Rakhmat Akilov permanece aislado, sin informaciones exteriores ni visitas, salvo la de su abogado.
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El uzbeko es acusado de atropellar y asesinar a cinco personas, tres mujeres suecas, una belga y un hombre británico, el año pasado en Estocolmo.
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En el marco de la cuarta audiencia del juicio en su contra, y ante la insistencia de los abogados, Akilov hizo una inquietante confesión: dijo que no lamentaba lo que había hecho y se limitó a pronunciar la siguiente frase "Alá juzgará si hemos hecho algo malo o no".
Luego de una interrupción de la audiencia, señaló que no quería "herir la sensibilidad de los heridos" diciendo si lo lamentaba o no.
Poco antes de perpetrar el ataque, el agresor difundió un video jurando fidelidad al Estado Islámico (EI).
Durante la audiencia de este miércoles, sin embargo, se mostró sorprendido al enterarse de que el grupo yihadista nunca reivindicó el atentado.
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"¿Sabe que el EI nunca reivindicó el atentado?", le pregunto uno de los abogados de las víctimas. "¿No lo reivindicaron?", preguntó incrédulo Akilov, quien, visiblemente contrariado, dijo en ruso: "Es la voluntad de Alá".
Al parecer, el uzbeko, que se presentó como un "soldado" del EI, no tuvo ningún cómplice directo en la preparación del atentado.
Akilov, un solicitante de asilo, padre de cuatro hijos, es juzgado por acto terrorista y tentativa de acto terrorista y es pasible de una pena a cadena perpetua.
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