Linda Evangelista dejó a sus millones de fans y a la industria de la moda en shock cuando en septiembre del año pasado publicó un texto en su perfil de Instagram. En el mismo reveló que un procedimiento estético realizado en 2016 la había dejado “brutalmente desfigurada”.
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“No solo ha destruido mi modo de vida, sino que me ha hecho caer en un ciclo de profunda depresión, tristeza y el más profundo autodesprecio”, reveló en ese entonces. Además, agregó que tomaría acciones legales contra la empresa Zeltiq, con la que se sometió al tratamiento de CoolSculpting.
Ahora, la famosa ha brindado una entrevista para People en donde revela más detalles de lo qué ha hecho en estos años.
En la entrevista, Evangelista habló sobre el tratamiento, los efectos secundarios y la demanda que ha interpuesto por 50 millones de dólares, alegando que no puede trabajar. La modelo se sometió al tratamiento, que ‘congela’ la grasa del cuerpo para perder volumen y mejorar la textura de la piel, en varias sesiones entre agosto de 2015 y febrero de 2016.
Fue tres meses después del procedimiento cuando Linda comenzó a darse cuenta de que algo no iba bien y vio cómo le salieron bultos en el mentón, las piernas y la zona del sujetador. En un primer momento, la supermodelo se puso a dieta y a hacer ejercicio, hasta que llegó a un punto de no comer sin que nada cambiase, por lo que decidió consultar con su médico.
“Él me confirmó que había desarrollado hiperplasia adiposa paradójica (PAH, según sus siglas en inglés), un efecto secundario que sufre el 1% de las personas que se someten a CoolSculpting y del que nadie me advirtió”, comentó.
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Los bultos siguieron creciendo, se endurecieron y después dejó de tener sensibilidad en esas zonas.
Para intentar solucionar el problema, la modelo se sometió a dos liposucciones de cuerpo entero, una en junio de 2016 y otra en julio de 2017. No sirvieron de nada.
“Los bultos son protusiones. Están duros. Si camino con un vestido sin faja, tengo rozadura hasta el punto de sangrar. Porque no es como si se roza una grasa blanca, es grasa dura”, cuenta Evangelista.
La modelo también explicó y mostró los bultos que tiene debajo de uno de sus brazos, lo que no le permite colocarlo pegado al cuerpo.
“No creo que los diseñadores quieran vestirme con esto”, se lamenta. “Me encantaba estar sobre la pasarela. Ahora temo por encontrarme a alguien que conozco. No puedo vivir así más, escondida y avergonzada. No podía seguir viviendo con este dolor. Estoy finalmente dispuesta a hablar”, agrega.
“No me miro en el espejo. No se parece a mí. He tenido que vivir con este tormento, con esta depresión”, expone. Además, quien fuera una de las modelos más cotizadas también reflexiona sobre la presión para mantenerse joven y pregunta por qué las mujeres “tenemos que hacerle esto a nuestros cuerpos”.
Ante la publicación, miles de personas han enviado mensajes de solidaridad y apoyo a Linda.
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