En una entrevista con la edición británica de Vogue, Irina Shayk se refirió a su ruptura con el actor Bradley Cooper, de quien se separó el año pasado tras cuatro años de relación y una hija en común.
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“Hemos tenido mucha suerte de haber tenido lo que tuvimos juntos. La vida sin B (Bradley) es un terreno totalmente desconocido para mí”, admitió.
"Creo que en todas las buenas relaciones sentimentales ofreces lo mejor y lo peor de uno mismo. Así es como funciona la naturaleza humana. Por eso dos grandes personas no tienen por qué ser una gran pareja", declaró.
La expareja se volvió a dejar ver junta a fines de agosto apenas unos minutos y para intercambiarse a su hija, en el que fue su primer verano separados.
Fue en el aeropuerto de Ibiza, donde la modelo rusa pasó unos días de vacaciones hasta donde se desplazó el actor estadounidense. Según las imágenes que retrataron el momento, la modelo y el actor apenas se dirigieron la palabra.
“Es complicado encontrar el equilibrio entre ser madre soltera y ser una mujer trabajadora que se gana la vida. De verdad, todavía hay días en los que me levanto y pienso: ‘Dios mío, no sé qué hacer, me estoy desmoronando”, confesó respecto a las dificultades de su vida como madre soltera.
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Del amor al odio
La modelo, de 34 años, y Cooper, de 44, anunciaron su separación en junio, después de varios meses de rumores de crisis que se vieron acrecentados por la estrecha amistad entre el actor y Lady Gaga a raíz de su película Nace una estrella.
Lo que en un principio parecía una separación amistosa, ya que rápidamente ambos estuvieron de acuerdo en compartir la custodia de su pequeña, Lea de Seine, de dos años, y fijar Nueva York como lugar de residencia.
Con el paso del tiempo se fueron conociendo detalles que apuntaban a que su relación vivió momentos convulsionados y la ruptura no fue tan idílica.