En un partido que se le había complicado desde el inicio, el Barcelona aprovechó un craso error de la defensa del Chelsea para salir vivo de Stamford Bridge a la espera de la vuelta en casa.
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Los blaugranas llegaban a Londres para encarar una nueva eliminatoria de Champions League ante el conjunto "blue" (se han visto las caras en seis ocasiones desde la temporada 1999-2000), pero sufrieron para refrendar su condición de favoritos.
Los ingleses, dirigidos por el italiano Antonio Conte, salieron desde el primer minuto a presionar y consiguieron hacerse con el dominio del partido al cortarle los circuitos al mediocampo catalán.
La ofensiva blaugrana, liderada por el argentino Lionel Messi y el uruguayo Luis Suárez, tampoco pudo generar chances claras de cara a la portería de Thibaut Courtois.
Para el Chelsea, su carta más peligrosa fue el extremo brasileño Willian, quien estrelló dos balones en los postes durante la primera parte y fue el encargado de abrir el marcador en el complemento. El delantero sudamericano sacó un disparo colocado que se coló al lado del palo derecho del arco y dejó sin chances al guardameta Marc André Ter-Stegen (62').
El Barcelona quedó confundido tras el gol y pudo haber recibido un daño mayor debido a los eléctricos contragolpes del equipo inglés, pero la falta de puntería de los de Conte no permitió que el resultado se volviera más abultado.
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Willian también perdió verticalidad tras sufrir un pelotazo en la cara que lo dejó con una hemorragia nasal; fue allí cuando el Chelsea se comenzó a desinflar.
El Barcelona apretó y provocó un fatal error de la defensa londinense que derivó en la igualada convertida por Messi (75'). El astro argentino rompió la "maldición" que lo ataba al conjunto "blue" y le convirtió por primera vez en ocho partidos.
El empate le permite al Barça llegar con una leve ventaja al duelo de vuelta por los octavos de final, mismo que se disputará el próximo 14 de marzo en el Camp Nou.
