Antes de cocinar cualquier platillo, hay un paso que no puede pasarse por alto: la limpieza de los alimentos. Frutas, verduras, carnes y hasta granos necesitan ser lavados correctamente para evitar la presencia de bacterias como la salmonella, E. coli o listeria, que pueden causar desde una simple diarrea hasta infecciones graves.
El mal lavado de los alimentos es una de las causas más comunes de enfermedades gastrointestinales. Aunque algunas personas creen que cocinar elimina todos los riesgos, muchas bacterias pueden mantenerse activas si los alimentos no fueron previamente lavados o manipulados en condiciones higiénicas.
Las frutas y verduras deben lavarse con abundante agua potable y, de preferencia, desinfectarse con productos especiales o con unas gotas de cloro apto para consumo. Las carnes, por otro lado, no se lavan con agua, sino que deben ser manipuladas con utensilios limpios y cocidas completamente para eliminar bacterias. Además, siempre hay que lavar las manos antes y después de preparar alimentos.
Prevenir una intoxicación alimentaria está en tus manos. La higiene comienza en casa y puede hacer la diferencia entre una comida deliciosa y una visita de emergencia al médico.