Hay al menos 3 volcanes que son una buena opción para iniciarse en el turismo de aventura y que se encuentran cerca de la Ciudad de Guatemala.
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- Volcán y Laguna de Ipala, en el municipio de Ipala, del departamento de Chiquimula. A 3 horas de la ciudad de Guatemala. Un ascenso muy amigable de 40 minutos, con una dificultad física 1/10
- Volcán Jumaytepeque, en el municipio de Nueva Santa Rosa, del departamento de Santa Rosa. A 1:40 horas de la Ciudad de Guatemala. El tiempo de ascenso es de 1 hora, con una dificultad física 2/10
- Volcán Tecuamburro, en el municipio de Pueblo Nuevo Viñas, del departamento de Santa Rosa. A 2 horas de la ciudad de Guatemala. Tiempo de ascenso, 2 horas y media, si buscas algo más fuerte la dificultad física es 4/10
La dificultad puede variar según el recorrido a realizar, ya que cada uno tiene sus variantes para ascenderlo.
“También hay otros volcanes como Las Flores, Las Viboras, Moyuta y Chingo, todos en el departamento de Jutiapa. Lo cierto es que más allá de las cumbres oficiales todo el Suroriente está lleno de montañas retadoras, atractivas y poco conocidas, las cuales son joyas por caminar y descubrir”, explica el guía Carlos de León de Copal.
De las cumbres antes mencionadas, ¿cuál es la que más se recomienda escalar y por qué?
“Sin duda alguna, el área protegida del Volcán y Laguna de Ipala es la mejor opción como una primera experiencia en el mundo del montañismo y de las aventuras. Es una caminata amigable de aproximadamente 40 minutos, con una refrescante recompensa en la cumbre. Si no estás en condiciones de realizar la caminata, también puedes ascender hasta la cumbre en un vehículo, recorriendo una carretera de terracería desde Agua Blanca, Jutiapa“.
El guía también explica que este volcán si cuenta con facilidades turísticas como:
- Parqueo
- Tres descansos en el sendero a la cumbre
- Traslado en caballo
- Área de sanitarios
- Casetas con bancas y churrasqueras
- Cancha deportiva
- Área de camping y fogatas
- Hospedaje en una habitación de rocas con literas
- Dos miradores de madera con vista a la laguna, dentro del recorrido de un sendero interpretativo.
“Actualmente es un área protegida, administrada por ADISO y CONAP, quienes se encargan de la seguridad, la conservación del ambiente, así como de apoyar y ejecutar proyectos de investigación y educación ambiental. Esta joya de oriente cuenta con una mística particular, relatos increíbles, más de 33 especies de árboles, especies endémicas de flora, fauna silvestre y por si fuera poco una laguna en el cráter del volcán”, explica el guía Carlos de León de Copal.
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