Opinión

María del Carmen Aceña

Investigadora del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN)

El desarrollo de las personas es uno de los retos principales para Guatemala. El capital humano es el pilar principal para la democracia y la competitividad como para el logro de calidad de vida y bienestar. El guatemalteco promedio tiene alrededor de cinco años de estudio, Honduras y Nicaragua llegan a los seis, en El Salvador es de siete y en Costa Rica de ocho.

Respecto de algunos países de Asia, que en 1950 tenían un nivel similar de pobreza y de escolaridad que Guatemala, hoy están más adelantados; la China con ocho años de escolaridad, Corea del Sur con 12 y Singapur con 15.

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Apenas 4 de 10 niños asisten a la preprimaria. La cobertura de primaria es casi universal y aproximadamente una tercera parte de los jóvenes estudia secundaria. Un sistema educativo brinda calidad en la educación cuando sus estudiantes adquieren competencias. Dentro de estas se encuentran los conocimientos básicos como matemática y la lingüística, la capacidad de aprender por sí mismos, la iniciativa personal, trabajar en equipo, el liderazgo y la proyección a futuro, entre otras. Las pruebas desarrolladas a los estudiantes son poco alentadoras.

En la medición del año 2010, solamente 30% de los niños en sexto primaria logró la prueba de lectura, y 46%, la de matemática; en la educación básica 27% en lectura y 21% en matemática del año 2011. Y en el año 2013 la prueba de graduandos (diversificado) únicamente 24 de cien pudieron leer conforme a lo esperado, y solo 7 de cien pudieron resolver los problemas matemáticos según el estándar.

La baja calidad educativa se muestra principalmente a que los maestros no dominan los conocimientos que deben enseñar en primaria. Los docentes actuales muestran bajos niveles de desempeño en lectura y matemáticas. En 2014 los maestros aspirantes a plazas que se sometieron a la prueba diagnóstica obtuvieron en promedio 36 en matemática y 51 en lenguaje de cien.

Es positivo que actualmente para optar a una plaza (011) el candidato debe aprobar con 60 puntos o más la prueba diagnóstica (Acuerdo Ministerial 2575-2013). Sin embargo, el sistema cuenta con más de 25 mil maestros por contrato que son afiliados con menos restricciones.

Los procesos de evaluación del desempeño no cumplen el objetivo de premiar a los mejores docentes. En los niveles educativos de preprimaria y primaria, según el Decreto 1485, se debe evaluar cada cuatro años a los docentes en el escalafón de acuerdo con los siguientes criterios: a) tiempo de servicio: 40%; b) calidad: 20%; c) superación: 20%; d) méritos especiales 5%; y e) servicios extra-cargo: 15%. Esta no se practica y apenas se llenan los requisitos operativos.

Posiblimente el mayor desafío es el modelo de gestión del Ministerio de Educación que sigue siendo centralizado, burocrático y sin incentivos individuales. El sistema tiene dificultades para garantizar la provisión de servicios de apoyo e infraestructura. La participación de los padres y la de la comunidad educativa son importantes para mejorar la gestión y mejorar la calidad educativa.

Lamentablemente en el país no hay discusión al respecto. Será urgente conversar sobre la administración de los recursos de la educación, debido a que en los últimos cinco años se duplicó su presupuesto, pero la cobertura y la calidad están estancadas. Será difícil obtener resultados distintos si no cambiamos la obsoleta administración pública. Podrán llegar los mejores funcionarios, trabajar arduamente y crear programas novedosos, pero los resultados no variarán sustantivamente. Requerimos un sistema moderno, que premie el mérito y la excelencia. ¿Está usted satisfecho con el sistema educativo y la educación de sus hijos?

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