Con el corazón desgarrado, Paula García, madre de Francisco Cristóbal, un niño de siete años, llora inconsolablemente. La tragedia golpeó cuando una jauría de perros atacó a su pequeño en el barrio La Pedrera, ubicado en la zona 1 de Quetzaltenango.
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Paula recuerda con angustia aquel fatídico momento en que encontró el cuerpo de su pequeño Francisco, marcado por las mordeduras de los perros, cuyos ataques le arrebataron la vida. Con su corazón roto se aferra a la esperanza de que las autoridades hagan justicia en el caso de su pequeño.
Francisco Cristóbal daba sus primeros pasos en el primer grado de primaria. Tenía grandes sueños, quería ser chef, pues le decía a su madre que “quería prepararle rica comida”.
El dolor y la conmoción ha sido para su familia, así como para todo el barrio La Pedrera. En la escuela Esteban Figueroa, donde estudiaba Francisco, se llevó a cabo un homenaje antes de darle el último adiós en el cementerio. En la actividad hubo muestras de cariño y solidaridad para el pequeño y su familia.
Sanción por ataque de jauría de perros
La Ley de Bienestar Animal establece sanciones para el responsable, propietario o cuidador de la jauría de perros.
La normativa indica que la persona a cargo será sancionada con una multa de cuatro salarios mínimos mensuales.
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Según la ley, se incurre en una infracción grave cuando se permite el desplazamiento de perros sueltos en la vía pública sin la supervisión del responsable, cuidador o propietario.
La legislación establece que es obligación de la persona propietaria propiciar las condiciones para que su animal de compañía sea sociable y evitar las causas que origen su comportamiento peligroso.