En diciembre de 2019, el primer ministro británico, Boris Johnson, logró un triunfo histórico, pero los recientes escándalos en Downing Street y la presión de su gabinete precipitaron el anuncio de su renuncia como líder del Partido Conservador. Ben Williams, profesor de política y teoría política en la Universidad de Salford, Reino Unido, habló con Metro sobre lo que precipitó este desenlace.
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¿Por qué perdió Johnson el apoyo del partido? ¿Podría enfrentarse a algún cargo debido a los escándalos?
“En los últimos meses, Johnson no ha dejado de perder apoyo entre sus propios diputados, a pesar de haber obtenido una importante y convincente victoria en las elecciones generales de hace sólo dos años y medio. Las razones de su pérdida de apoyo están relacionadas con una serie de acontecimientos, como el incumplimiento de las normas de aislamiento (incluida la celebración de fiestas) en Downing Street, las acusaciones de donaciones dudosas para su piso de Downing Street, las afirmaciones de que trató de emplear a su antigua amante (ahora esposa) en un alto cargo político, y las más recientes afirmaciones de que promovió a un ministro que había sido acusado de una serie de supuestas agresiones sexuales. Si bien todas estas historias eran perjudiciales, lo que exacerbó estos asuntos fue el hecho de que Johnson parecía mentir y tratar de encubrir dichas acusaciones hasta que finalmente fue descubierto por las continuas investigaciones de los medios de comunicación. Todos estos hechos crearon una imagen de incompetencia y engaño, con las consiguientes cuestiones relacionadas con la integridad y la moralidad. Hasta ahora no se ha sugerido que se haya producido ningún delito, aunque sí se ha dado una imagen de corrupción y nepotismo en algunos momentos”.
¿Es posible que no se le permita permanecer en el cargo por más tiempo y sea sustituido por Dominic Raab?
“Aunque lo ‘normal’ es que un primer ministro saliente ‘aguante el tirón’ durante uno o dos meses mientras se decide su sucesor, muchos diputados conservadores se han mostrado consternados por los recientes acontecimientos y escándalos, pero también por la forma obstruccionista en que Johnson se ha comportado en los últimos días. Sobre esta base, varios políticos de todo el espectro político han empezado a decir que no creen que sea apropiado en este caso que permanezca durante un periodo temporal, y su partido podría intentar sacarlo de Downing Street de forma completa y abrupta, sin un periodo de transición. Se trata de una evolución en curso, y está por ver lo que ocurre”.

¿Cuál es el legado de Boris Johnson como Primer Ministro?
“El legado de Johnson girará, casi con toda seguridad, en torno al hecho de habe logrado la aprobación del Brexit en el Parlamento, tras varios años de estancamiento. También consiguió una rotunda victoria electoral general para los conservadores en 2019, la mejor de su partido en más de 30 años. Tenía una base de apoyo leal y era un político carismático y, de hecho, ‘populista’, incluso entre muchos partidarios tradicionales no conservadores, un rasgo por el que algunos lo han comparado con Donald Trump. Sin embargo, podría decirse que fue derribado por las debilidades destructivas de su carácter que muchos habían identificado hace algunos años y que, según se decía, lo hacían inadecuado para un papel político tan importante. Se podría decir que estos defectos se derivan de su origen privilegiado, que se traduce en el derecho, la asunción de riesgos, la arrogancia, la falta de veracidad y la incompetencia, lo que en conjunto deja una imagen corrupta y sucia en su legado”.
¿Cómo podría cambiar el Reino Unido después de Boris Johnson?
“Está por ver. Johnson representaba una mezcla ecléctica de diversas tradiciones conservadoras, como el euroescepticismo, el nacionalismo, la intervención del Estado, el populismo y la política personalista. Es probable que su sucesor tenga una personalidad menos dominante, aunque probablemente quiera desarrollar una imagen y unas políticas específicas propias. El debate clave para el futuro es si volverán a una agenda más thatcheriana y de libre mercado, o más bien a un enfoque más compasivo y unificador de ‘Una Nación’, como han perseguido los modernizadores del partido en los últimos años. Lo que también está por ver es si los diversos escándalos de la era Johnson causan un daño a largo plazo a la marca del Partido Conservador, y que podrían amenazar su control a largo plazo del poder político en las próximas elecciones generales (previstas en dos años y medio). Por lo tanto, el Partido Laborista de la oposición podría ser el beneficiario de estos últimos acontecimientos, aunque un nuevo líder conservador podría intentar convocar unas elecciones generales anticipadas si cree que les beneficia a ellos y a su partido”.

¿Quién podría sustituirle?
“Hay un amplio abanico de posibles sucesores, y no hay ninguno evidente. Entre los posibles candidatos se encuentran ministros recientes y actuales del gabinete, como Liz Truss, Dominic Raab, Priti Patel, Sajid Javid, Nadim Zahawi, Michael Gove y Jeremy Hunt. Tal vez esta falta de un sucesor obvio fue lo que permitió a Johnson permanecer en su puesto durante todo el tiempo que lo hizo”.
Cronología:
- 12 de abril: La Policía británica sancionó a Johnson, y a su ministro de Economía, Rishi Sunak, por haber participado en fiestas durante el confinamiento en el momento más duro de la pandemia de Covid-19 en 2020, en un escándalo llamado “Partygate”.
- 6 de junio: Boris Johnson sobrevive a una votación de confianza de los miembros de su propio partido, pero lo ajustada de su victoria dejó su reputación dañada.
- 15 de junio: Su asesor de ética, Lord Geidt, renuncia por las críticas del “Partygate” y luego de que Johnson fuera acusado de intentar violar el derecho internacional en el protocolo de Irlanda del Norte y las tarifas del acero.
- 30 de junio: El jefe adjunto conservador Chris Pincher renunció por denuncias de conducta sexual inapropiada en un club privado. Johnson enfrentó críticas por no suspenderlo antes.
- 6 de julio: Un grupo de del Gabinete le pide a Johnson su renuncia al cargo tras una oleada de renuncias de funcionarios del gobierno.