A menos de un mes de que se entregue la terna de aspirantes a procurador de Derechos Humanos, hasta ayer, la comisión legislativa encargada del proceso decidió definir la tabla de gradación.
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Propuesta que fue cuestionada por la oposición, ya que se considera “muy general”, pues no contempla relevancia en temas de derechos humanos y administración pública.
Los diputados, allegados al oficialismo Vamos, acordaron respaldar la tabla sugerida por el representante de la bancada Unionista Álvaro Arzú Escobar.
La metodología en que se basarán los miembros de la mesa de trabajo se dividió en cuatro aspectos.
La preparación académica recibirá hasta 35 puntos, seguido de los méritos profesionales con 30 puntos. La parte ética tendrá hasta 25 puntos y la proyección humana se calificará con 10 puntos.
En los aspectos con mayor puntuación solo se mencionó que deben cumplir con docencia universitaria, ensayos y participación en eventos académicos y los requisitos que se establecen en la Constitución para el cargo que se aplique.
Solo por cumplir avalan tabla
La tabla de gradación fue un tema que intentó evadir la mayoría de los diputados de la comisión, situación que hizo que el presidente de esa mesa de trabajo, Antonio Arenales Forno, consultara al Departamento Jurídico del Congreso si debían tener un método de calificación.
La respuesta fue afirmativa hace varias semanas por abogados del Legislativo, pero hasta ayer se decidió discutirla.
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Analistas coincidieron en que la tabla aprobada solo es para “salir del paso”, pues son aspectos sin profundizar en la materia.
La diputada Sonia Gutiérrez, de Winaq, lamentó que sus colegas no consideraran en detallar temas sobre los derechos humanos. Los diputados deben elegir a más tardar el 20 de julio al sucesor de Jordán Rodas. Ya que un mes después deberá asumir como magistrado de Conciencia.
En los últimos años, la PDH ha sido una entidad de interés para grupos conservadores.