La divulgación de planillas con sueldos de los empleados del Congreso fue un escándalo en 2016.
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Ahora, seis años después el tema vuelve a la discusión tras darse a conocer que Allan Rodríguez, expresidente de ese organismo y diputado oficialista, firmó un acta para solicitar que el Congreso se desvincule del sistema que registra las contrataciones en el Legislativo, llamado Guatenominas.
La actual presidenta del Congreso y también oficialista, Shirley Rivera, indicó que hizo “las consultas para que informen qué sucedió al respecto” y dejó entrever que fue una acción de la Junta Directiva anterior.
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Sin aclarar acciones
Rivera no respondió si se estará apegando a lo que solicitó Rodríguez para salir de Guatenominas, como parte de las acciones del oficialismo en el Congreso.
“Una vez lo evaluemos, yo les comento. Todo conforme sea a la ley lo vamos a hacer”, dijo al ser cuestionada por la prensa.
En su ejercicio como entidad fiscalizadora, el Congreso ejerció presión para que las planillas de otros organismos se hagan públicas, por lo que la acción resulta contraproducente, afirmaron opositores.
“Esta decisión que se promueve es falta a la transparencia y limita la fiscalización. El Congreso debe publicar la nómina actualizada”, publicó un grupo de diputados.
Aunque pasaron varios años para que se implementara el registro en Guatenominas, en el acta se indicó que con el sistema de registro del Congreso se puede vincular la información financiera interna, y en cambio en Guatenominas no. Un argumento hasta ahora expuesto.
“El sistema de Guatenominas no se enlaza con el Sistema de Recursos Humanos – DELTA- del Organismo Legislativo, lo que afectaría la ejecución de diferentes procesos”, se lee en el requerimiento.
Rodríguez firmó el acta el 7 de enero de 2022, a una semana de entregar la presidencia del Congreso a Shirley Rivera.
Hermetismo sobre salarios
La planilla del Legislativo se hizo pública y causó revuelo a comienzos de 2016.
Lo que llamó la atención fue la clasificación de empleados desproporcional. Una secretaria de uno de sindicatos, devengaba más de Q30 mil.
También hubo otras posiciones con menor especialización, que por antigüedad duplicaban los salarios de otros empleados de mayor rango. Se expuso también que existía clientelismo, plazas fantasmas, nepotismo y compadrazgos.