México quedó a un paso de despenalizar el consumo recreativo de marihuana, luego de que este miércoles la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que podría convertir al país en un gigantesco mercado de cannabis.
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A la iniciativa solo le resta una votación en el Senado, que ya la había aprobado en noviembre, pero debe retomarla debido a que la cámara baja introdujo varios cambios.
Ambas instancias son controladas por el oficialismo de izquierda, que impulsa la norma junto con aliados. La votación final debe darse a más tardar el 30 de abril.
Avalado con 316 votos a favor, 129 en contra y 23 abstenciones, el texto busca además regular el empleo científico e industrial del cannabis.
“La ley contribuiría a lograr la paz”, dijo durante el debate el diputado Rubén Cayetano, del gobernante partido Morena.
Tras el proceso legislativo, el gobierno debe publicar la ley y emitir una norma para su implementación en los siguientes seis meses.
México, de 126 millones de habitantes, podría convertirse en el mercado de marihuana más grande del mundo y sería el tercer país en autorizar su consumo a nivel nacional luego de Uruguay y Canadá.
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Pese a las modificaciones, el proyecto conserva aspectos centrales como la portación legal de hasta 28 gramos de marihuana por persona y el cultivo casero de máximo ocho plantas.
También dispone que sólo los mayores de 18 años podrán acceder al cannabis y prohíbe su consumo en áreas de trabajo, oficinas y escuelas.
Los opositores Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el conservador Acción Nacional votaron en contra.
Para la diputada del PRI Mariana Rodríguez, la legalización aumentará “el índice de consumo y de adicciones”.
La ley representa un hito para México, donde la violencia del narcotráfico deja anualmente miles de muertos.
Una de las modificaciones es la negativa de los diputados a crear un instituto regulador del mercado, como propuso el Senado. La responsabilidad recaería en la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC), del Ministerio de Salud.
Criminalización
Esta iniciativa da cumplimiento a un fallo de la Suprema Corte, que en 2019 declaró “inconstitucional la prohibición absoluta” del consumo recreativo de marihuana.
Pero activistas advierten que el proyecto mantiene la criminalización del consumo del cannabis, que seguiría en la lista de sustancias prohibidas por la Ley de Salud mexicana, y contempla sanciones para aquellos que porten más de 28 gramos.
Al exterior del Congreso, activistas denunciaron que el proyecto no cumple con lo dispuesto por el máximo tribunal.
José Rivera, de Movimiento Canabico, criticó el concepto de “uso lúdico” y que los diputados hayan propuesto al CONADIC como órgano regulador.
En el proyecto “somos usuarios que quieren jugar, somos adictos y somos enfermos. Es una doble discriminación, una doble estigmatización. No es una cuestión ni de plantas ni de gramos, es una cuestión de derechos humanos”, dijo a la AFP.
En contraste, Alan Santiago, quien consume marihuana, considera que esta ley podría incidir en una reducción de la violencia ligada a la criminalidad.
“Es un mercado para los narcos esto, entonces si lo hacen legal, siento que bajaría (…) esa delincuencia que hay en México”, dijo.
Negocio
Para Genlizzie Garibay, directora de la oenegé Cannativa, México “está entrando tarde en la discusión”, pero reconoce que la iniciativa es “un paso adelante” para la sociedad, productores y consumidores.
Sin embargo, por la serie de requisitos que impondrá la producción, podría ser un obstáculo para que campesinos de zonas marginadas y pobres -productores históricos y víctimas colaterales del combate al narcotráfico- entren al negocio legal, señalan las oenegés.
Adicionalmente, se abre un flanco peligroso: la reacción de los cárteles, actuales dueños del negocio.
En 2020, en México se decomisaron 244 toneladas de marihuana.
Desde diciembre de 2006, cuando el gobierno lanzó una ofensiva militar antidrogas, México acumula más de 300.000 asesinatos.