El mundo observa con atención este 14 de diciembre, fecha en la que el día se volverá noche durante algunos minutos debido a un impresionante eclipse total de Sol.
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En torno a las 10:00 horas (de Guatemala), la luz del Sol será opacada por la Luna, y caerá la noche entre la costa del océano Pacífico y la cordillera de Los Andes.
Telescopios de un lado y gafas especiales para ver el eclipse del otro, todos listos, mirando a un cielo plomizo y lluvioso, a la espera de un claro entre las nubes.
A horas del eclipse, sin embargo, no se tenía certeza si el fenómeno astronómico sería visible, debido al clima nublado en la región de La Araucanía.
Los científicos apostados en la falda del volcán Villarrica, con sus telescopios, aguardaban impaciente, preparados desde hace días para enfocar el eclipse.
La lluvia fue constante en los días previos debido a un frente climático que cubrió de nubes y arremetió con vientos en toda la zona de avistamiento del eclipse.
Sin embargo, la apacible tarde del domingo y el cielo azul que se abrió tras la densa nubosidad con la que amaneció ese día, daba esperanzas para que se repita la misma dinámica este lunes.
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No obstante, las nubes finalmente aguan la fiesta celeste, la NASA ha preparado una transmisión en vivo para poder apreciar el fenómeno sin problema.
También medios internacionales llevan a cabo transmisiones del fenómeno:
Intentan “despejar” el cielo
Sabios mapuches, siguiendo la cosmovisión de este pueblo originario, también ponían su granito de arena en los intentos por “despejar” el cielo.
El sabio Juan Ñanculef afirmó que realizará un ritual justo antes de que empiece el eclipse, para pedir a la naturaleza que deje de llover, como hacían sus antepasados.
“Antiguamente era 100 % efectivo. (…) Yo lo voy a intentar”, dijo.
Para este pueblo, cuando la Luna cubre al Sol trae un mensaje de cambio, a veces negativo pero también de equilibrio.
Así es que algunos mapuches atribuyeron los cambios sociales y políticos que sacudieron a Chile desde octubre de 2019 al eclipse total de Sol que se vio el 2 de julio de ese año, en una suerte de fiesta masiva en el desierto del norte del país.
