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Walter Riso habla de los impactos psicológicos que dejará la pandemia

Entrevista. En su libro “Más fuerte que la adversidad” expone esta situación compleja y estresante que pone a prueba la capacidad de adaptación.

Walter Riso Walter Riso

La pandemia de la Covid-19 nos ha llevado a muchos a quedarnos en casa, donde mantenemos menos interacciones sociales y hacemos menos ejercicio. Esto puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental.

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Las consecuencias del encierro y el cambio de rutinas han hecho que muchas situaciones se sientan abrumadoras, las relaciones de pareja se vean afectadas y se presenten trastornos por estrés, entre muchos otros que han afectado considerablemente la salud mental de las personas.

Covid-19 y psicología

Hablamos con Walter Riso, psicólogo con especialización en terapia cognitiva, con estudios en bioética y escritor de Editorial Planeta, quien desde hace 30 años trabaja como psicólogo clínico, práctica que alterna con el ejercicio de la cátedra universitaria y la realización de publicaciones científicas, y nos contó sus impresiones sobre las consecuencias psicológicas del confinamiento.

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  • ¿Es más fácil encontrar la fortaleza en situaciones límites y no en la vida cotidiana?

Hay gente que descubre sus fortalezas sin que ocurran situaciones límites y las optimiza. En esto influyen muchas variables, como la personalidad, el ambiente familiar y social, la genética, en fin… Lo que sí puede ocurrir es que existan personas que, teniendo el potencial, se dejen llevar por una vida limitante por la razón que sea y decidan enclaustrase en una zona o un lugar de comodidad, donde todo parece estar bajo control.

Lo que ocurre muchas veces en una situación límite es que el sufrimiento, que es información, pasa por encima de los mecanismos de defensa y llega a la base de datos más profunda y allí es donde se produce un cambio de paradigma.

  • ¿Cómo crees que ha cambiado la forma de ver la vida de las personas tras la pandemia?

Todavía está por verse. Aunque no creo que haya muchos cambios significativos masificados, es decir que abarquen toda la sociedad. Habrá que buscarlos más en el individuo, gente que comprenderá, por ejemplo, que perdió demasiado tiempo en cosas que no eran importantes ni imprescindibles, otros descubrirán que amaban a sus familias más de lo que creían o lo contrario, algunos valores personales tendrán un remesón, sin duda: Ya no nos sentiremos inexpugnables como especie.

El teletrabajo ya se quedó entre nosotros, quizás algunos individuos logren manejar de otra manera el principio del placer y acercarse más al principio de la realidad. Pero también vale la pena destacar que la salud mental se va a ver afectada, una adversidad colectiva de estas dimensiones no la soporta todo el mundo. Incertidumbre, ansiedad, tristeza, miedos… que sin duda encontrarán solución, pero requieren trabajo personal o si fuera necesario profesional. Espero que le abramos las puertas a la lentitud y quitemos el pie de la aceleración que nos hizo hiperactivos.

  • ¿Hay un sufrimiento constructivo?

Hay un sufrimiento útil y uno inútil. El inútil te mantiene en el mismo lugar y el dolor no deja avanzar. El sufrimiento útil deja enseñanzas o participa de una solución. En el libro hablo de cuatro enseñanzas y doy casos. Por ejemplo: Para ser empático y ponerte en los zapatos de otro es importante muchas veces que te duela el dolor ajeno. ¿Cómo lo comprenderías si no?

  • ¿Hay personas propensas a sufrir sin motivo o que en todo encuentran motivos para sufrir, por ejemplo, con la pandemia actual?

Uno lleva a la pandemia lo que tenía antes a nivel psicológico, si hablamos de patologías. La persona obsesiva se la pasará haciendo cábalas al respecto, la persona ansiosa incrementará sus anticipaciones catastróficas, los que sufren de depresión pueden ver el trastorno incrementado, y así.

Ahora bien, hay gente que ha hecho del sufrimiento un estilo de vida. Cuando uno le muestra el vaso medio vacío o medio lleno ni siquiera ven el vaso. Las personas quejumbrosas, con sesgos negativos, con poca alegría, cascarrabias o intolerantes, solo para nombrar algunas, en la pandemia actual se les multiplicará. En casi todas las adversidades individuales o colectivas, donde la incertidumbre prima, la tolerancia a la frustración baja.

  • Hablemos del amor, ¿cómo puedes describir el amor en los tiempos de la crisis sanitaria?

Las que eran buenas parejas se unen más y luchan juntas, en las que no estaban bien, la dificultad se profundiza. No es nada fácil estar con una angustia permanente (lo cual, como dijimos, baja la tolerancia) y confinados o con teletrabajo y los niños con telecolegio. Es como sacar una lupa y ver al otro en detalle agrandado, tanto en sus bondades como en sus defectos. En China, después del confinamiento, el índice de separación aumentó sustancialmente, pero muchos se arrepentían unos minutos antes y también hubo quienes volvieron a casarse con la misma persona de quien se habían separado hace poco. En tiempos de pandemia el amor se pone a prueba al igual que nosotros.

No se trata de aguantar al otro o resistir, porque la persona que amamos no es el virus. Se trata de mejorar la comunicación y ver el lado humano de quienes queremos de verdad.

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