Como todos los años, hoy, 21 de septiembre, se celebra el Día internacional de la paz, marcado especialmente por la pandemia de Covid-19 que asola gran parte del planeta.
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“Este año ha quedado más claro que nunca que no somos enemigos unos de otros. Más bien, nuestro enemigo común es un virus incansable que amenaza nuestra salud, seguridad y nuestra propia forma de vida. El Covid-19 ha sumido a nuestro mundo en la confusión y nos ha recordado por la fuerza que lo que ocurre en una parte del planeta puede afectar a la gente de todas partes”, explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Este año ha puesto a prueba los procesos diplomáticos del mundo, en medio de la pandemia de Covid-19. “Sabemos que, más que nunca, la paz internacional y nacional es frágil y que vale la pena luchar por ella”, explica Peter Stanley, profesor en la Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Canberra (Australia).
“También sabemos que las fuerzas poderosas amenazan la estabilidad y la armonía, y que deben ser combatidas”, añade.
En este año, la Asamblea General de la ONU ha declarado el Día internacional de la paz como un día “dedicado a fortalecer los ideales de la paz, mediante la observancia de 24 horas de no violencia y de alto el fuego”. Pero esto parece imposible en regiones donde los conflictos endémicos parecen no resolverse nunca. “Parece que hay más regiones en conflicto que nunca, pero debemos estar especialmente preocupados por la crisis de refugiados que aflige al Oriente Medio y especialmente a Siria, la continua agonía del Yemen y la represión armada que amenaza la estabilidad de los Estados Unidos”, explica el profesor Stanley.
Lograr la paz y mantenerla no será una tarea sencilla. “Tenemos que confiar en que nuestros gobiernos pongan la paz internacional por encima de sus intereses individuales, y los intereses nacionales y sectoriales por encima del bien común”, dice el experto como un camino para lograrlo.
“Las mayores amenazas de todas son ahora seguramente para el medioambiente que compartimos, y es más importante que nunca esperar esfuerzos concertados para detener la degradación de nuestro planeta. Como historiador militar, me inclino a mirar con pesimismo el comportamiento humano. Como ser humano, quiero ser optimista a pesar de los siglos de conflicto sobre los que escribo”, concluye.
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3 preguntas a…
- ¿Cuáles considera que son las principales lecciones sobre la paz que hemos aprendido en 2020?
Este año ha sido testigo de muchos desafíos: incendios, inundaciones, huracanes, pobreza y, por supuesto, la pandemia mundial que conocemos como Covid-19. Es evidente que esos desafíos plantean el espectro de la inseguridad y la inestabilidad, además de desviar la atención de la necesidad de vigilar cuidadosamente los derechos humanos de cada persona en todo el mundo. En esencia, crean la posibilidad de una escalada de la violencia y el conflicto, una trágica ironía dado que estos desafíos exigen de hecho una mayor cooperación y coexistencia a fin de abordarlos con mayor eficacia. Al final, tendremos mucho más éxito en la satisfacción (y tal vez en la prevención) de los devastadores efectos de esos acontecimientos si trabajamos juntos de forma pacífica y reconocemos nuestros intereses comunes al hacerlo.
- A pesar de algunos progresos, todavía hay conflictos endémicos que parecen nunca resolverse. ¿Cuáles son las regiones que siguen en conflicto y qué tan cerca estamos de ver la paz en ellas?
Lamentablemente, seguimos siendo testigos de conflictos en varias partes del mundo. Algunos de ellos son de larga duración, pero otros se han intensificado debido a los trastornos que hemos visto en los últimos 9 meses, ya que la atención del mundo se ha desviado hacia los desafíos de hacer frente al nuevo coronavirus. Esto ha permitido que sucedan algunas cosas oscuras en lugares oscuros. Tenemos que esforzarnos continuamente por encontrar valores e intereses comunes y demostrar a todas las partes interesadas que hay más que ganar para todas las partes en la paz que en el conflicto. Esta es una tarea difícil, pero es una tarea en la que, sin embargo, debemos seguir esforzándonos.
- ¿Cuáles son las perspectivas que podemos esperar para los próximos años de la crisis actual?
Hay muchas lecciones que debemos aprender. La pandemia ha sido una tragedia para muchas personas. Pero, incluso ante tal desafío, existen oportunidades para repensar la política, las prioridades económicas, el bienestar social y los valores “humanitarios” más amplios. Nuestra capacidad para hacer frente al próximo gran desafío -sea cual fuere- dependerá de nuestra habilidad para considerar cuidadosamente los errores del pasado y las necesidades de la próxima generación. Tengo la esperanza de que esta sea una forma de pensar cada vez más aceptada para el perfeccionamiento de todos los niveles en todas las sociedades.
Cinco regiones del mundo con conflictos endémicos
- África (30 países y 275 entre milicias-guerrillas, grupos terroristas-separatistas-anárquicos implicados). Puntos críticos: Burkina Faso (enfrentamientos étnicos), República Centroafricana (a menudo hay enfrentamientos armados entre musulmanes y cristianos), República Democrática del Congo (guerra contra grupos rebeldes), Egipto (guerra contra militantes islámicos de la rama del Estado Islámico) y Libia (guerra civil).
- Asia (16 países y 185 entre milicias-guerrillas, grupos terroristas-separatistas-anárquicos implicados). Puntos críticos: Afganistán (guerra contra los militantes islamistas), Birmania-Myanmar (guerra contra los grupos rebeldes), Pakistán (guerra contra los militantes islamistas) y Filipinas (guerra contra los militantes islamistas).
- Europa (10 países y 83 entre milicias-guerrillas, grupos separatistas y grupos anárquicos implicados). Puntos críticos: Chechenia (guerra contra los militantes islamistas), Ucrania (secesión de la autoproclamada República Popular de Donetsk y la autoproclamada República Popular de Luhansk) y Artsaj –antes Nagorno-Karabaj– (enfrentamientos entre el ejército de Azerbaiyán y el ejército armenio y el ejército de Nagorno-Karabaj).
- Oriente medio (7 países y 261 entre milicias-guerrillas, grupos terroristas-separatistas-anárquicos involucrados). Puntos críticos: Irak (guerra contra los militantes islamistas del Estado Islámico), Israel (guerra contra los militantes islamistas de la Franja de Gaza), Siria (guerra civil) y Yemen (guerra contra y entre los militantes islamistas).
- Américas (7 países y 32 entre los cárteles de la droga, grupos terroristas-separatistas-anárquicos implicados). Puntos críticos: Colombia (guerra contra los grupos rebeldes) y México (guerra contra los grupos de narcotráfico).