La ciudad de Nagasaki conmemoró este domingo el 75 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica que dejó 74 mil muertos, y que marcó el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
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En un contexto particular debido a la pandemia de coronavirus (Covid-19), que obligó a limitar los homenajes, personas asistieron a una misa celebrada en memoria de las víctimas en la iglesia de Urakami, cerca del lugar del bombardeo.
Otros participaron en un servicio conmemorativo en el Parque de la Paz de la ciudad.
El número de personas autorizadas a participar fue reducido en un 90 % con relación a los años precedentes, debido a la pandemia.
A las 11:02 horas (locales), sonaron las campanas en el monumento de la paz de Nagasaki, y los asistentes, entre ellos algunos extranjeros, guardaron un minuto de silencio.
Un grupo de representantes de los supervivientes, familiares de las víctimas, niños y adolescentes aportaron, simbólicamente, agua en unos recipientes de madera, en homenaje a la sed que sufrieron los habitantes de la ciudad tras la explosión de la bomba.
Heridas terribles
Este momento sigue grabado en la memoria de Shigemi Fukahori, de 89 años, quien ofreció su testimonio durante la ceremonia.
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Fukahori, que entonces era un adolescente, recordó haber visto “montañas de cuerpos ennegrecidos” que no sabía “si estaban vivos o muertos“.
“La gente gritaba: ¡agua, agua! Pero no podía ayudarles“.
El hombre explicó que sus hermanos y amigos murieron durante la explosión.
Los supervivientes “piensan que el mundo debe renunciar a las armas nucleares porque no queremos que las jóvenes generaciones vivan la misma cosa“, dijo por su lado Terumi Tanaka, de 88 años.
En tanto, la alcaldesa de Nagasaki, Tomihisa Taue, pidió a los asistentes que aplaudieran a los supervivientes, conocidos en Japón como los “hibakusha“, que “no dejaron (…) de alertar al mundo entero de los peligros de las armas nucleares“.
*Con información de AFP