Cientos de hondureños bloquearon este lunes una carretera al este de la capital, Tegucigalpa, para impedir que enterraran a víctimas de coronavirus (COVID-19) en un cementerio cercano a sus comunidades, informaron manifestantes.
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Unos 300 vecinos de una veintena de comunidades colocaron piedras y ramas de árboles en la carretera entre Tegucigalpa y Olancho, 10 kilómetros al este de la capital.
El domingo "vinieron a enterrar un cadáver, venían con todas las medidas de seguridad pero si los familiares (contagiados) vienen a comprar a una pulpería, nos van a contagiar", se quejó uno de los manifestantes, que rehusó identificarse, en declaraciones a la televisión local.
Añadió que en otros lugares cercanos de Tegucigalpa los vecinos también rechazaron los entierros y no permitirán que lleven víctimas de coronavirus, por lo que estarán en alerta para impedirlo.
Autoridades deploran bloqueo de entierros
El viceministro de Salud, Roberto Cosenza, reconoció que, en varias zonas de Honduras, pobladores "no han dejado pasar las carrozas fúnebres que van para ciertas comunidades y el familiar tiene que andar con el cadáver" buscando dónde enterrarlo.
Cosenza deploró que hay familiares de personas que mueren en Tegucigalpa y San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, que han querido llevar a los muertos a sus lugares de origen para sepultarlos, pero los vecinos lo han impedido.
También explicó que, en algunos casos, los propios familiares han rechazado a los muertos por temor a ser contaminados, pese a que los entregan herméticamente sellados.
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"A las autoridades de salud nos ha tocado ir a los cementerios" a enterrar cuerpos, indicó el viceministro.
Cosenza advirtió que "el virus llegó para quedarse" y las autoridades tendrán que concientizar a la población sobre las medidas protección para que permitan los entierros.
Hasta este lunes, Honduras registraba mil 55 contagios de COVID-19, con 82 muertos.
Cerca del 40 % de las pruebas que se realizan diariamente resultan positivas, según las autoridades.