El crucero australiano Greg Mortimer está fondeado frente a Montevideo, Uruguay, desde fines de marzo, tras detectarse casos de coronavirus entre sus más de 200 personas a bordo. Los pasajeros, entre quienes se encuentra un guatemalteco, buscan regresar a sus países.
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Una primera tanda de 110 pasajeros australianos y neozelandeses fue evacuada a través de un corredor sanitario dispuesto por el gobierno uruguayo el 10 de abril. Los restantes 15 pasajeros, estadounidenses y europeos, volvieron a sus países cinco días después.
Pero aún quedan a bordo 84 tripulantes de 21 nacionalidades: Filipinas (27), Honduras (14), Ucrania (11), China (4), India (4), Nicaragua (3), Isla de Mauricio (3), Chile (2), Colombia (2), Indonesia (2), Rumania (2), Austria (1), Bulgaria (1), Croacia (1), Alemania (1), Guatemala (1), Montenegro (1), Polonia (1), República de Zambia (1), Perú (1) y Suecia (1).
Francisco del Gaudio, representante en Uruguay de la Federación Internacional del Transporte (ITF) y presidente de la uruguaya Unión de Trabajadores del Transporte Marítimo, Aéreo, Terrestre y Afines (UTT), informó que 33 dieron positivo para covid-19 en un test realizado el 18 de abril.
Un día antes, un tripulante filipino falleció tras permanecer internado en un hospital de Montevideo. Sus cenizas lograron ser repatriadas por el cónsul honorario de ese país, dijo el representante.
"Ellos quieren volver a sus países. Contactamos a las 21 representaciones diplomáticas y varias han empezado a realizar gestiones para repatriarlos", sostuvo Del Gaudio, pero "todo está supeditado a los resultados de los tests".
Sin internet
El capitán del Greg Mortimer cortó el internet para impedir la comunicación con tierra de los tripulantes, que piden ayuda para volver a sus países, aseguró Del Gaudio.
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"El lunes les empezaron a cortar internet, no quieren que se comuniquen con nosotros", dijo el representante de los trabajadores marítimos, quien está en contacto con los tripulantes del barco desde el 20 de abril, cuando le solicitaron que impulsara gestiones con el objetivo de ser repatriados.
"Es una locura"
El representante también se contactó con la naviera australiana propietaria del buque, Aurora Expeditions, que aún no ha contestado sobre sus planes para la tripulación. "Quedaron de darnos una posición", dijo.
Según el canciller uruguayo, Ernesto Talvi, el barco retomará su ruta tras completar la cuarentena.
Pero "en estas condiciones el buque no puede salir", apuntó Del Gaudio. "Al no ir en servicio, no hay necesidad de que se lleve a toda la gente, puede navegar con una decena de personas", agregó.
El representante de los trabajadores marítimos señaló además que el ambiente en el barco es "bastante hostil" por la naturaleza de la situación.
Contó que días atrás, el oficial de seguridad, de nacionalidad polaca, fue "declarado en desacato" debido a que no compartía los criterios para la cuarentena. "Lo encerraron en el camarote, está preso. Es una locura, eso viola cualquier derecho marítimo".
"El capitán tiene la facultad de tomar las medidas que considere siempre que cumpla con las normas internacionales de la gente de mar, y en este caso no lo hace", señaló.
Del Gaudio destacó la actuación del gobierno uruguayo con la situación del Greg Mortimer y dijo esperar que siga en esa senda.
"Esperamos que tenga la misma sensibilidad que ha tenido con los pasajeros, si bien es más difícil porque los destinos no son todos los mismos. Pero por lo menos ir bajando a la gente que ha dado negativo".
* Con información de la agencia de noticias AFP.