Momentos de angustia vivieron este lunes los pasajeros del vuelo AC837, de la aerolínea Air Canada, luego de que este sufriera una falla mecánica y se viera obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Madrid-Barajas.
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La aeronave había partido de la capital española en horas de la tarde, pero tuvo que devolverse luego de que se reportara "un problema de motor poco después del despegue" y de que se reventara uno de los diez neumáticos.
Sin embargo, antes de poder tocar tierra, el avión tuvo que pasar varias horas volando cerca de Madrid para poder quemar combustible y así aligerar la carga.
Finalmente, el aparato, con 128 pasajeros a bordo, aterrizó "sin incidentes" sobre las 19:10 (hora local) en la pista 32L del aeropuerto Adolfo Suárez.
"El vuelo AC837, de AirCanada, aterriza en el Aeropuerto Adolfo Suárez, de Madrid-Barajas, sin incidencias. Quedando la pista 32L bloqueada por la aeronave y medios de emergencia", indicó Enaire, gestor de navegación aérea en España, en su cuenta de Twitter.
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Utilizando sus teléfonos celulares, pasajeros del vuelo AC837 grabaron en video el momento de la arriesgada maniobra, que ejecutada exitosamente por el piloto.
Previo al aterrizaje, y a medida que el aparato se aproximaba a tierra firme, la cabina estaba a oscuras y los pasajeros permanecían en silencio, a la espera del desenlace.
Tras encontrarse ya en suelo madrileño, los tripulantes del avión estallaron en aplausos y vítores, aliviados por haber evitado una tragedia.
Otros video, tomado desde la pista y difundido por El País, mostraba también el momento del aterrizaje del vuelo AC837.
Como parte del dispositivo, los servicios de emergencia de Madrid fueron desplegados en el aeropuerto, a la espera del avión.
Igualmente, asistió al lugar el ministro de Transportes, José Luis Ábalos.
Motor dañado
El sindicato de pilotos Sepla comunicó a través de Twitter que el aparato había "perdido tres piezas del tren de aterrizaje que han entrado en el motor", por lo que el motor izquierdo estaría sufriendo problemas.
Un caza F-18 del Ejército español acompañó el avión durante la parte final del vuelo para observar los daños, procedimiento habitual en este tipo de casos.