Desde el pasado 25 de noviembre, Día internacional contra la violencia hacia las mujeres, el colectivo chileno Las Tesis realizó un performance en Santiago, Chile, que una semana después ha logrado a empoderar a varias mujeres en distintos países, incluido el nuestro.
De hecho, el sábado 30 de noviembre se llevó a cabo una manifestación en donde se replicó dicho performance titulado en el país sudamericano como “Un violador en tu camino”, convocado por colectivos feministas como Sororidad Guatemala.
VIDEO. Convocan a replicar performance de “Un violador en tu camino”
La manifestación dio inicio en la Plaza de los Derechos Humanos, en el frontispicio de la sede de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Allí mismo se realizó por primera vez esta emulación de dicho cántico, que en realidad ya se está tomando como un himno feminista.
Luego, las mujeres partieron hacia el Centro Histórico, frente al Congreso de la República, para realizar nuevamente la interpretación. En ese lugar se escuchó con mucha fuerza.
Marchan y exigen un freno a la violencia en contra de la mujer
Cuentan abusos
No obstante, el uso de los hashtags “#UnVioladorEnTuCamino”, “#”ElVioladorEresTú”, e incluso la frase “Y la culpa no era mía”, han tenido más eco en redes sociales, pero porque algunas usuarias han compartido las historias de abuso que, en su mayoría, fue hace algunos años; inclusive, algunas comentan de vulneraciones cuando eran niñas.
[facebook url=”https://www.facebook.com/Esveravo/videos/10156534838241541/” /]En el caso de Guatemala no ha sido la excepción esta tendencia. Varias mujeres han tenido el valor de tomar el esquema para realizar este relato e incluso hay otras que se han extendido más y no han dejado pasar detalles sobre ello.
La forma en la que se comparten estas historias de agresión física, sexual u otro tipo de abuso ha sido la siguiente:
Y la culpa no era mía ( )
Ni dónde estaba ( )
Ni cómo vestía ( )
Estas tres frases forman parte del himno “Un violador en tu camino”. En los paréntesis, las mujeres comentan las situaciones vividas en carne propia por parte de sus agresores.
Y la culpa no era mía
(Tenía 12 años)Ni dónde estaba
(Escuela)Ni cómo vestía.
(Uniforme)Me defendí y no logro su cometido y me acusó en la dirección de romperle un botón de su camisa. MI AGRESOR ME ACUSÓ A MI DE AGREDIRLO.
Con ese derecho se sienten sobre nosotras. https://t.co/pm4Obdo3s3— LaZukarita_RoxQuintana (@RoxQuintanaMx) December 1, 2019
Dichos relatos han formado hilos y cadenas que se “retuitean” para continuar dando soporte entre sí y para dar a conocer que han sido muchísimos los casos que, hasta muchos años después, han salido a la luz por varias razones. Miedo, el principal de ellos.