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Guatemaltecos veneran a San Simón en San Andrés Itzapa

La celebración inició la noche del domingo con una fiesta popular con música y se extiende todo este lunes en el pequeño poblado.

Cientos de guatemaltecos acompañados de mariachis al estilo mexicano, rindieron culto este lunes a san Simón, un santo popular nacido del sincretismo religioso.

"Vengo a dar gracias, no a pedir", cuenta a la AFP Norma, quien viajó desde Los Ángeles, California, para agradecer a San Simon por que en 1990 se fue como migrante indocumentada a Estados Unidos y ya logró obtener la ciudadanía.

En agradecimiento, Norma (no reveló su apellido) le pago tres horas de mariachi al santo.

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Los músicos, vestidos con los tradicionales trajes mexicanos, amenizaron el pequeño templo donde es adorado por fieles que le piden dinero, salud y protección.

Fiesta anual

La singular fiesta se celebra cada 28 de octubre en el poblado indígena de San Andrés Itzapa, en Chimaltenango, a unos 50 km al oeste de Ciudad de Guatemala, para honrar al santo que no tiene el reconocimiento de la Iglesia católica.

La celebración inició la noche del domingo con una fiesta popular con música y se extiende todo este lunes en el pequeño poblado.

Otro testimonio

Antonio salió temprano de la capital junto a su esposa e hija. Lleva 8 años de visitar en esta fecha a san Simón, a quien agradece su intercesión que, según él, le ayudó a alejarse de las drogas y el alcohol.

Los devotos hacían largas filas para llegar al santuario donde permanece la imagen del santo de madera, sentado en una silla y vestido con traje negro.

En los días de peregrinación, el santo está cubierto con un plástico transparente, pues es costumbre que los fieles le lancen escupitajos de aguardiente a la cabeza y la cara, antes de suplicarle milagros y favores como salud, amor y dinero.

Los rituales en torno a la fiesta del santo evidencian su carácter sincrético: altares con frutas, flores, puros artesanales, velas y licor, combinan con elementos de los cultos católico e indígena.

El olor del tabaco y el aguardiente se mezcla con el de las hierbas aromáticas que esparcen los "brujos" entre devotos que les pagan para que les alejen los malos espíritus y atraer prosperidad.

Los guías espirituales explican que San Simón recibe a todos, es imparcial y justo con sus seguidores, por lo que es frecuente hallar entre los visitantes a prostitutas y pandilleros.

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