El superior general de la Compañía de Jesús, el venezolano Arturo Sosa, admitió este lunes en Roma que existe "una lucha política dentro de la Iglesia" con el objetivo de influir en la elección del próximo papa.
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"No hay duda que hay lucha política en la Iglesia", aseguró el líder de los jesuitas en un encuentro en Roma en la sede de la prensa extranjera.
"La lucha es entre los que quieren la Iglesia soñada por el Vaticano II y los que no", explicó el primer religioso latinoamericano que desde el 2016 lidera la congregación religiosa más poderosa y numerosa de la Iglesia católica.
"La lucha del papa Francisco es contra el clericalismo y el ejercicio del poder dentro de la Iglesia. El papa propone una Iglesia sinodale (es decir participativa y que toma en forma colegiada las decisiones) contra el clericalismo", precisó Sosa, renombrado politólogo y profesor universitario.
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"El sínodo no toma decisiones doctrinales. Es un encuentro de carácter pastoral, para intercambiar ideas, hacer recomendaciones para una pastoral más efectiva en zonas importantes, como América Latina", añadió.
"El sínodo es una oportunidad", precisó Sosa.
El papa defiende a la Amazonia
En el caso del convocado por Francisco para la defensa de la Amazonía, que se celebrará del 6 al 27 de octubre en el Vaticano, se trata de un llamado a "la Iglesia y a la sociedad a comprometerse con una ecología integral", dijo.
El religioso, que fue rector de la Universidad Católica del Táchira y director del centro de análisis y estudios Gumilla, considera que los ataques contra el pontífice argentino, y sobre todo contra los sínodos o asambleas de obispos que ha propuesto durante su pontificado, tienen ante todo un objetivo estratégico.
"Estoy convencido de que no se trata de un ataque sólo contra el papa. Francisco está convencido de su acción desde que fue elegido papa. En realidad es un modo de influir en la elección del próximo papa", afirmó Sosa.
"Es que Francisco, por su edad, no va a ser el pontificado más largo de la historia. Ellos apuntan a su sucesión", afirmó.
Sosa, quien no se considera un amigo cercano del primer papa jesuita de la historia, no quiso hablar de sus recientes polémicas declaraciones sobre el diablo, que definió como "una realidad simbólica" y no una persona, lo que generó reacciones encontradas.
"No voy hablar de ese tema", remató.