La fiscalía de Francia brindó este miércoles nuevos detalles sobre el devastador incendio que destruyó parte de la icónica catedral de Notre Dame el pasado 15 de abril.
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La investigación preliminar señala que el siniestro no contiene "ningún elemento" que permita acreditar la hipótesis de un origen criminal.
Esta se inclina, más bien, por un cigarrillo mal apagado o un cortocircuito, anunció la fiscalía por medio de un comunicado.
La catedral gótica, de más de 850 años de antigüedad e inscrita en la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, perdió su aguja, su tejado, su reloj y parte de su bóveda en el incendio.
Desde entonces, los investigadores de la brigada criminal de la policía judicial parisina llevaron a cabo "un centenar de audiencias de testigos", sobre todo obreros, guardias de seguridad y responsables de la diócesis o de empresas implicadas en las obras de restauración.
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También se realizaron "numerosas constataciones", explicó la fiscalía.
A partir de ahora, la investigación correrá a cargó de tres jueces de instrucción, con más competencias.
Las pesquisas se realizarán en el marco de una información judicial abierta el miércoles, por "degradaciones involuntarias por incendio, por violación manifiestamente deliberada de una obligación de prudencia o de seguridad, impuesta por la ley o la normativa, ocurridas en unas condiciones que podían exponer a las personas a un daño físico".
"Aunque se sacaron a la luz algunas fallas (…), la investigación realizada" en fase preliminar "no permite, sin embargo, de momento, determinar las causas del incendio", indicó el fiscal general, Rémy Heitz, en el comunicado.
Negligencias
Si se identificaran negligencias, los jueces de instrucción podrían proceder a inculpar a los responsables.
Desde el incendio, entre 60 y 150 obreros trabajan en la catedral, evacuando escombros y estabilizando la estructura.
El monumento sigue en fase de consolidación.
Las obras destinadas a garantizar su seguridad podrían tomar todavía semanas, antes de que se inicien las labores de peritaje previas a la renovación.
El andamio que rodeaba a la aguja de al catedral (cuando se desató el incendio), que debía servir para su restauración, empezará a ser desmontado próximamente.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, se comprometió a que el monumento sea reconstruido en un plazo de cinco años.
La explanada de la catedral, de momento, sigue cerrada al público.
*Con información y video de AFP
