Varios miles de "chalecos amarillos" comenzaron muy temprano este sábado a deambular en calma desde la famosa avenida de los Campos Elíseos en París, hasta que en la tarde estallaron enfrentamientos con las fuerzas del orden que una vez más empañaron la jornada, la primera de 2019.
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Una vez más, los "chalecos amarillos" escogieron para su movilización denominada "VIII Acto" concentrarse en los Campos Elíseos, lugar emblemático de su protesta, para hacer escuchar sus quejas en una asamblea general improvisada.
Con un megáfono que pasaba de mano en mano, bajo la atenta mirada, de lejos, de la policía antidisturbios, fueron multiplicando sus reclamos. "Vendremos hasta que Macron ceda. Nosotros queremos el referéndum de iniciativa ciudadana y medidas a favor del poder adquisitivo", lanzó Belinda, una ama de casa de 31 años.
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Al principio eran pocos, pero el grupo fue creciendo progresivamente y cerca del mediodía intentaron descender por los Campos Elíseos antes de toparse con una barrera de los antimotines que los frenó y empezó así a subir la tensión
Así, alrededor de 1.500 personas se sumaron al cortejo que, al son de chiflidos y consignas pidiendo "Macron dimisión", avanzó hacia el céntrico barrio donde se encuentra la estación de metro y trenes Saint-Lazare.
Simone, una veterana de 84 años, que caminaba con un abrigo muy costoso, se solidarizaba con el movimiento. "Está muy bien (la protesta), pero no voy a ir a manifestar con mi abrigo de visón, podrían quitármelo", dijo sonriendo.
Como siempre desde el inicio del movimiento, el jefe de Estado es el objetivo de los manifestantes que claman por "resignación" cuando no pronuncian palabras insultantes contra él.
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Después de detenerse en la Place de la Bourse, frente a la sede de la AFP, el cortejo llegó al Hôtel de Ville, la alcaldía de París, donde se encontraron con otros "chalecos amarillos" que tenían planeado marchar hacia la Asamblea Nacional. Allí la procesión cobró impulso y creció hasta 3.500 personas, según la prefectura de policía.
Fue en ese punto donde estallaron los primeros incidentes. Alrededor de las 14h00 locales (13h00 GMT), en las orillas del Sena, entre la Place du Chatelet y la alcaldía, los manifestantes arrojaron botellas y piedras a la policía que respondió con gases lacrimógenos, observó un periodista de la AFP.
"Siempre hay idiotas"
La calma volvió rápidamente, pero estallaron nuevos enfrentamientos a unos pocos metros, en una pasarela que conecta las dos orillas del Sena a la altura del Jardín de las Tullerías.
Los "chalecos amarillos" intentaron seguir su marcha pero fueron impedidos por la policía con gases lacrimógenos. Y así comenzó un intercambio de golpes.
"Siempre hay idiotas, pero no estamos aquí para romper, sólo para protestar, para ser escuchados", dijo "Ludo", que llegó con amigos desde Indre, un departamento en el corazón de Francia.
Un gendarme resultó herido y fue evacuado por socorristas. Algunos manifestantes también resultaron con heridas, según los fotógrafos de AFP.
"Hoy estoy aquí sobre todo para defender el derecho de mis hijos, para que sus trabajos les permita comer. Mi hija gana 800 euros al mes. Trabaja en una panadería, 25 horas por semana. Para ella es la supervivencia", dijo otra manifestante, Ghislaine, de 58 años, de París.
Decenas de "chalecos amarillos" se desviaron de la manifestación cantando "Macron renuncia", "¡París, de pie!", y entonando La Marsellesa se dirigieron al boulevard Saint-Germain, donde estallaron nuevos incidentes.
Varias barricadas improvisadas se erigieron a lo largo de este bulevar bastante exclusivo, donde quemaron al menos un auto, varios 'scooters' y botes de basura que levantaron espesas columnas de humo negro, en ausencia de las fuerzas policiales.
"Prender fuego así no es posible. Es el apocalipsis y la imagen de Francia en el mundo", lamentó un transeúnte ante a la AFP.