Argentina cierra angustiosa búsqueda del desaparecido ARA San Juan

Luis Tagliapietra, padre del teniente Alejandro Tagliapietra, uno de los tripulantes del ARA San Juan, resumió en un mensaje divulgado por los medios el amasijo de sentimientos que provocó en los familiares el hallazgo.

“No tengo palabras para describirlo, siento un profundo dolor y una profunda angustia. Pero a la vez sabemos dónde están y es el primer paso para saber la verdad y lo que pasó”, afirmó en un breve video grabado con su celular desde el buque Seabed Constructor, de la empresa estadounidense Ocean Infinity, que localizó al submarino.

“Es un día muy duro, es un día impensado, irreal. Pero también es el primer paso, que nos llevó un año, para llegar a la verdad. No vamos a bajar los brazos hasta saber por qué pasó lo que pasó”, añadió este hombre, testigo de primera mano del hallazgo.

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El ARA San Juan fue ubicado en el Atlántico sur, a 500 kilómetros de la costa de Argentina, en el área en que se había registrado hace un año una señal sonora que podía corresponder a una explosión, en el Golfo de San Jorge. Se calcula que la implosión se produjo dos horas después del último contacto del submarino, el 15 de noviembre de 2017.

Según imágenes captadas por un robot, el submarino se encuentra a 907 metros de profundidad y con varias de sus partes desprendidas.

Varios de los familiares de los marinos piden que la nave sea reflotada, pero las autoridades argentinas ya advirtieron que no están en capacidad de hacerlo.

“No tenemos medios para rescatar el ARA San Juan. No teníamos medios ni siquiera para bajar a las profundidades del mar y no tenemos equipamiento para extraer un buque de estas características”, dijo el sábado en conferencia de prensa el ministro de Defensa, Óscar Aguad.

Desde hace un año, la mayor parte de los familiares de los marinos se encontraba a la espera de noticias en Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de Buenos Aires y apostadero habitual del San Juan.

La palabra de la justicia

De todos modos, la decisión de remover el submarino requiere del aval de la jueza Marta Yáñez, a cargo del caso, y quien por ahora ha decidido no solicitarlo.

“Estamos hablando de una embarcación que con agua llega a pesar 2 mil 500 toneladas, de manera que tampoco voy a arriesgar a perder las condiciones físicas ni vidas humanas en tren de poder rescatarlo, si ello implica que lo van a romper”, dijo la jueza a la prensa.

“Prefiero conservar la prueba en la forma en que está, ante la eventual posibilidad de que para reflotarlo haga falta romper o cortarlo en pedazos”.

Hasta ahora, la causa no tiene imputados, pero la tragedia motivó, en su momento, la destitución de Marcelo Srur, jefe de la Marina.

La búsqueda de la nave comenzó 48 horas después del 15 de noviembre de 2017. Colaboraron 13 países, pero la mayoría se retiró el año pasado.

El Seabed Constructor había zarpado el 7 de septiembre y estaba a punto de cesar la búsqueda cuando se produjo el hallazgo.

*Con información de AFP