El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, hizo mención específica de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) durante su intervención de este miércoles en el Foro de Naciones Unidas Contra la Corrupción.
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El funcionario resaltó que la corrupción afecta tanto a países desarrollados como en desarrollo y que “la complicidad no conoce fronteras”. De igual forma, aseguró que “aquellos que menos pueden pagar la corrupción, sufren más”.
En ese sentido, manifestó a los Estados Miembros y asociados la necesidad de que se trabaje por objetivos comunes, enfocados en prevenir conflictos violentos, construir la paz y la seguridad, proteger los derechos humanos y trazar un camino hacia el desarrollo sostenible.
“Este es un llamado global a la equidad, una demanda colectiva de justicia. El evento de hoy es una oportunidad para reflexionar sobre cómo la comunidad internacional puede cumplir con los compromisos comunes”, dijo.
Según Guterres, la corrupción y la impunidad son corrosivas, generan frustración y fomentan una mayor corrupción cuando las personas no ven otra forma de lograr sus objetivos.
Ante ello, consideró que se debe dar respuesta a esta situación y erradicar la corrupción en todos los niveles, así como restablecer la confianza en donde se haya perdido, para lo cual aseguró que “el papel de las Naciones Unidas es crucial”.
Como ejemplo del apoyo que puede brindar esa Organización a los Estados miembros, con el intercambio de buenas prácticas y el traslado de capacidades a las instituciones nacionales en cuanto a la lucha contra la corrupción, el secretario general mencionó a la CICIG, un ente establecido en Guatemala desde 2007.
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El Ministerio Público (MP) en conjunto con la CICIG han llevado a cabo las investigaciones de diferentes casos de corrupción que involucran a exfuncionarios, empresarios y particulares, incluso a gobernantes del país, y por los cuales varios de ellos se mantienen en prisión.
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Efectos de la corrupción
Guterres también se refirió a los efectos que este flagelo genera: se paraliza el desarrollo económico, reprime el espíritu empresarial y disuade a la inversión.
“La corrupción roba fondos de escuelas, hospitales, infraestructura y otros servicios vitales”, dijo.
De acuerdo con Guterres, las sociedades no pueden funcionar de manera equitativa y eficiente cuando los funcionarios públicos “se enriquecen en lugar de desempeñar sus funciones”.
“La trata de personas y el tráfico de migrantes, las corrientes financieras ilícitas y el comercio ilegal de recursos naturales, armas, drogas y patrimonio cultural han sido posibles gracias a la corrupción”, detalló.
