Mientras en España crecía la controversia por sus artículos con tintes "xenófobos" escritos en el pasado, Quim Torra viajó a Berlín para reunirse con Carles Puigdemont, su antecesor depuesto por el gobierno español.
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Desde allí, en inglés, reclamó una reunión al jefe del gobierno español, Mariano Rajoy.
"El primer objetivo del nuevo gobierno catalán es ofrecer diálogo al gobierno español".
"Rajoy, por favor fije fecha y lugar", añadió en una rueda de prensa conjunta con Puigdemont, a quien, señaló, sigue considerando el "presidente legítimo de Cataluña".
"Me veo a mí mismo como un presidente en funciones" a la espera del retorno de Puigdemont, afirmó Torra, cuya designación evitó la convocatoria de nuevas elecciones en Cataluña tras meses de bloqueo e investiduras frustradas de otros candidatos.
Rajoy, por su parte, dijo que aceptará la reunión solicitada, aunque advirtió que el diálogo debe producirse en el marco de la ley. "Por supuesto que voy a recibir al presidente de la Generalitat si él me lo pide", dijo a la prensa en Sofía, tras un encuentro con su homólogo búlgaro.
Controversia por presunta "xenofobia"
La investidura de Torra quedó eclipsada por una serie de polémicos escritos suyos, criticados por la oposición e incluso por la organización independiente SOS Racisme Cataluña.
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"Rechazamos el discurso que el señor Torra utilizó de manera reiterada. Un discurso peligroso, irresponsable e inaceptable, basado en prejuicios", señaló la entidad en un comunicado.
En distintos artículos, Torra aseguró que hablar español en Cataluña "no era natural". También describió España como "un país exportador de miserias" o tildó de "carroñeros, víboras y hienas" a aquellos que no defienden la lengua catalana.
"Los españoles vienen a vigilarnos, ¡fuera de aquí de una vez!", decía Torra en un mensaje publicado en 2012 en una cuenta de Twitter que ya fue eliminada.
Estos comentarios generaron malestar en gran parte de la sociedad catalana, que utiliza indistintamente el catalán y el castellano. Se calcula que un 60 % de sus 7.5 millones de habitantes tienen sus orígenes en otras regiones de España.
La oposición describió a Torra como un nacionalista "excluyente", "identitario" y "supremacista".
"Defiende la xenofobia", le reprochó el lunes la líder de la oposición, Inés Arrimadas, del partido de centroderecha Ciudadanos.
Los comentarios pueden dañar al movimiento independentista catalán que durante años intentó desmarcarse de los nacionalismos radicales, xenófobos y populistas surgidos entre otros países de Europa.
"Lamento que en algunos momentos de máxima excitación hubieron estos excesos", dijo Torra en su enésima disculpa, durante una entrevista en la emisora Catalunya Radio. "Los españoles son un pueblo hermano, un pueblo al que quiero. Me gusta estar con ellos".
*Con información de AFP